Según datos publicados por el Banco Central del Uruguay (BCU), una cantidad considerable de uruguayos están endeudados, algo que es indicio de la realidad financiera y de la educación de las personas. Para indagar sobre el proyecto actual de educación financiera, CRÓNICAS consultó al BCU; a Robert Silva, presidente del Consejo Directivo Central (Codicen) de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), quien consideró “fundamental” incluir la educación financiera en la currícula; y a María Sánchez, integrante de la Unidad de Diseño y Desarrollo Curricular de la ANEP.
Según una investigación que realizó el BCU sobre el endeudamiento de las personas físicas en el país, son 2.080.574 los uruguayos endeudados en diversos niveles y 657.581 los calificados como deudores irrecuperables por al menos una institución financiera. Este tipo de deudores son mayormente desempleados, jubilados, beneficiarios de asignaciones familiares y personas que cuentan, promedialmente, con ingresos bajos.
A su vez, la media de los montos adeudados por este grupo de personas es de $ 165.864 del total de personas con dificultad de pago y hay 289.338 uruguayos que cuentan con la peor calificación crediticia del sistema financiero.
Estas cifras sirven para ilustrar, de forma fiel y certera, la realidad de la educación financiera de los uruguayos, de cómo manejan sus finanzas y su conocimiento al respecto.
Ante esta realidad, el 7 de febrero de 2023, el BCU y la ANEP firmaron un convenio de cooperación mutua con el objetivo específico de incluir progresivamente la educación económica y financiera a la currícula de la educación formal y extender la formación en la temática a todos los niveles y subsistemas de la ANEP, incluyendo sus docentes.
¿En qué se encuentra actualmente este proyecto?
Desde el Área de Comunicación del BCU manifestaron a CRÓNICAS que esta iniciativa actualmente se encuentra en “proceso” y el plan de trabajo está activo desde comienzos de año, además de que se han conseguido resultados concretos y se ha trabajado en planes para la concreción de las metas planteadas.
En este sentido, contaron que existe un “fuerte compromiso” de parte de ambas instituciones tanto en la inclusión de la temática en los programas (en el marco de la Transformación Curricular Integral (TCI) que lidera ANEP) como en la formación de docentes.
Al respecto, Robert Silva confesó que están trabajando para incluir la educación financiera, sobre todo en la educación básica integrada, no como una unidad curricular pero sí para que sea abordada desde varias perspectivas y a través de las asignaturas ya existentes.
“Me parece que es fundamental que se incluya la educación financiera, porque tenemos más de un millón de uruguayos en el clearing, producto muchas veces del desconocimiento del abordaje de estas temáticas, que son tan importantes para la economía doméstica”, resaltó Silva, y agregó que consideran que los estudiantes tienen un efecto “multiplicador” entre pares, pero también en sus núcleos familiares, lo que extendería la formación económica a su entorno.
Por último, el presidente del Codicen aseveró que también se firmaron convenios con el Banco República (BROU) y que están trabajando en concretar un acuerdo con la Asociación de Bancos Privados del Uruguay (ABPU).
“Es una temática muy importante e incluso estamos previendo que en la transformación de la educación media superior exista, además del tratamiento del tema dentro de las asignaturas, una unidad curricular de educación financiera como un espacio optativo para los estudiantes”, remató.
La educación financiera desde adentro de los laboratorios
Dado que esta iniciativa actualmente se encuentra en andamiaje, CRÓNICAS consultó a María Sánchez, profesora de Matemática e integrante de la Unidad de Diseño y Desarrollo Curricular de ANEP.
Sánchez reflexionó que el lugar que ocupan los contenidos es “crucial”, pero no necesariamente tienen que ser una unidad curricular propia “para que aporte al desarrollo competencial del estudiante”, porque pueden tener otros lugares dentro de las currículas.
Según pudo saber CRÓNICAS al respecto, las comisiones que están trabajando con los programas son distintas a las del Espacio de Definición Interdisciplinar (EDI), pero la intersección no es vacía.
“Cuando trabajamos con Unicef, una de las cosas que los alumnos pedían era cursos de educación económica”, explicó la profesora y agregó que en principio, el lugar para la educación financiera estará en las optativas y la malla curricular junto al plan de la media superior estará terminado en noviembre.
En este panorama, la ANEP contará con conocimientos de matemática financiera y aspectos económicos en la EDI de la mano de matemática y geografía, y desembocarían en un curso, que resta definir si será un taller o una optativa, pero que abriría una puerta de oportunidad para cumplir con el pedido de los jóvenes que es egresar del bachillerato con educación económica.
“Estamos en vigilancia de lograr esto. Estamos construyendo, porque hay muchos actores involucrados y hay mucho en juego y distintas visiones acerca de lo que es educar y el lugar que ocupan los contenidos. Hay un diálogo interesante al respecto, porque la educación por competencias lo exige”, destacó Sánchez.
Contenidos sugeridos por el BCU
Desde la autoridad monetaria han sugerido que en las aulas se trabajen los contenidos económicos y de matemática financiera en contextos auténticos de vida, como insumos para la toma de decisiones respecto a ingresos, control de gastos, ahorro, endeudamiento y valoración de la previsión y riesgos futuros.
Pese a que las propuestas se encuentran aún en proceso de aprobación, uno de los ejes principales apunta a incorporar una mayor profundización en el conocimiento de los instrumentos del sistema financiero y en el entendimiento de la necesidad de planificar presupuestos y gestionar los gastos.