El pasado miércoles tuvo lugar en las instalaciones del Laboratorio Tecnológico del Uruguay (LATU) la celebración de los primeros cinco años de la Fundación Latitud. Estuvieron presentes diferentes autoridades que hicieron uso de la palabra, entre otros, el presidente del LATU, Ruperto Long, y el ministro de Industria, Omar Paganini. En forma de reflexión, Long destacó que las tareas de investigación que se están realizando “son muy importantes para el país, para las empresas y para ir corriendo día a día los límites un poquito más allá”.
La fundación del LATU, Latitud, fue fundada en el año 2017. Se trata de una iniciativa que desde sus orígenes trabaja en búsqueda de acercarse a las empresas para ayudar a su transformación desde el punto de vista de lo tecnológico y a través del conocimiento, subrayó su gerente técnico, Gustavo Domínguez.
Por su parte, Long, autoridad máxima del LATU, evaluó estos cinco primeros años como “muy rendidores e importantes”. Valoró el trabajo no solo de todos los investigadores e investigadoras que forman parte del proyecto, sino también el de todos aquellos que en algún momento y de alguna forma u otra lo hicieron.
Puso foco, además, en la complejidad que tiene el rol de ser investigador, haciendo especial referencia a la incertidumbre que genera el enfrentar un desafío con una serie de objetivos pero siempre a través de “un camino incierto”. A esto se le suma, según reflexionó, “la necesidad de ofrecer resultados en plazos muy escasos”, con la observación constante de las empresas privadas que muchas veces tienen depositado en su labor tiempo y recursos.
Catalogó a su vez a las tareas realizadas por parte de la fundación como “muy importantes para el país, para las empresas y para ir corriendo día a día los límites un poquito más allá”. Según su visión, en la actualidad la institución viene realizando un promedio de entre 45 y 50 proyectos por año, siendo la mayoría de ellos en asociación con el sector privado.
El jerarca se refirió a los logros obtenidos hasta el momento, entre los cuales mencionó los avances en economía circular, el trabajo en el manejo de las aguas y el uso de desechos industriales. Enfatizó además en que de la mano de Paganini, la fundación también se ha embarcado en el desafío del hidrógeno verde.
“Nosotros creemos en LATU y en Latitud, en la excelencia y en la calidad, creemos que Uruguay tiene que ser el centro de excelencia de América Latina”, concluyó Long. Además puntualizó en la importancia de aprender de los mejores, haciendo referencia a algunos ejemplos como Finlandia, Austria, Suiza, Irlanda y Holanda.
Como desafío, valuó como posible apuntar en escala país a la calidad y agregó que tanto LATU como Latitud son ejemplo de eso. Por otra parte, consideró que queda una enorme tarea por hacer. “Esos son nuestros sueños y hacia allí vamos”, remató.
El valor de la competitividad
En tanto, Paganini puntualizó en la importancia de la competitividad. Señaló que por más que muchos interpreten a la competitividad como “hacer lo mismo que otro pero con menos recursos y por lo tanto más barato”, es importante apuntar también a otro modelo competitivo en el que prime la creatividad y la adecuación a los mercados.
Hizo foco además en que es importante agregar valor a los productos a partir del conocimiento, dándole a través de él más relevancia “al medio ambiente, la sostenibilidad y la innovación”. Resaltó el desafío fundamental de agregarle la innovación a la calidad, idea base ya existente en los diferentes productos de la industria nacional.
Concluyó que el país “se tiene que distinguir dentro de un concierto mundial de grandes gigantes a partir de hacer más valioso lo que produce”. Es en esa línea, según comentó, le da un gran valor como autoridad del Ministerio de Industria a la labor que se realiza desde el LATU y su fundación.