El presidente de SBI Uruguay, Marcelo Lena, conversó con CRÓNICAS acerca de la actualidad del sector y de la nueva propuesta de la compañía que promete ajustarse a las necesidades del mercado uruguayo. “El mercado de seguros de Uruguay debería crecer en su participación en el PIB”, opinó al respecto del contexto local, a la vez que barajó la posibilidad de volver a competir con seguros enfocados hacia los consumidores más allá del éxito actual en el área corporativa, y muy especialmente en los seguros de responsabilidad civil a empresas.
Por María Noel Durán | @MNoelDuran
-Con la experiencia de AIG a su favor, SBI (Southbridge Insurance) tiene más de 20 años trabajando en Uruguay. ¿Cuáles fueron los principales cambios que se vieron en el negocio?
-El grupo canadiense Fairfax le compró a AIG 12 empresas de sus seguros en el mundo y al mismo tiempo firmó un acuerdo de representación y exclusividad con AIG. Es una transacción muy amistosa donde se firma, además, una alianza entre ambas compañías. Esta renovada compañía mantiene toda la estructura que tenía cuando operaba como AIG e incluso hay servicios que aún los presta AIG global para SBI en Uruguay.
Southbridge es la marca que va a utilizar el grupo Fairfax para la red de aseguradoras del grupo en Latinoamérica (presente en Argentina, Brasil, Chile Colombia, Venezuela y Uruguay).
El mayor cambio se da en la forma de dirección; AIG trabajaba de forma muy centralizada. Las operaciones eran casi sucursales que se desempeñaban bajo la dirección y estrategia de las oficinas en Nueva York, con muy poca adaptación local. Incluso se usa el slogan de “una sola AIG” en el mundo.
En cambio Fairfax tiene una perspectiva de red de compañías independientes adaptadas a los mercados locales que, aunque se coordinan y supervisan a nivel global, operan bajo la autoridad de la dirección de cada país. El grupo ejerce un control sobre las acciones pero las decisiones de estrategia son 100% locales. Eso es muy importante porque a veces, bajo la dirección del grupo AIG, que tenía una visión global y homogénea, había proyectos que no podíamos ejecutar, más allá de que resultara un negocio interesante para la operación a nivel local.
En este momento estamos incorporando muchas capacidades a la operación de Uruguay, que antes se proveían de forma centralizada, al tiempo que estamos desarrollando y adaptando nuevos productos para que se adapten enteramente al mercado local.
-¿De qué se tratan esos nuevos productos?
-Por el momento comercializamos exactamente lo mismo que veníamos comercializando con la marca “AIG”. La incorporación de productos requiere una aprobación regulatoria que puede llevar hasta un año. Luego de cumplir con todos los requisitos, se añadirán nuevos productos a la actual gama.
Se sumarán paulatinamente aquellos productos que se entiende que son los más adecuados para la operación en el país. Esto nos va a hacer volver a vender líneas de negocio que ya habíamos dejado de operar y en las que ofrecíamos los mejores productos y servicios pero no calzaban con la estrategia definida para todas las empresas de AIG en el mundo; por ejemplo seguros para empresas generadoras de energía o seguros para consumidores. Además, con el tiempo, añadiremos productos totalmente nuevos para nosotros, incluso algunos que recién se están lanzando en el mundo y que traeremos a Uruguay, u otros que existen pero son nuevos para nosotros, como por ejemplo Vida.
“En muchos países los seguros tienen bonificaciones fiscales, en Uruguay esto no sucede, sino todo lo contrario, se recargan impuestos en el sector”
-¿Qué particularidades ve del mercado local en relación con el resto del mundo?
-El mercado de seguros de Uruguay está un poco menos desarrollado que en otros países. La participación de los seguros en el total de la economía de Uruguay está en el orden del 2.4%, en el mundo desarrollado es un 6% o 7% y en Brasil es algo más de 3%. El consumidor uruguayo de seguros percibe menos el riesgo que lo que se percibe en economías más avanzadas. Además tampoco es un sector que esté fomentado por la regulación o por incentivos fiscales.
Dados los efectos positivos que se dan por la aplicación de los seguros, en muchos países los seguros tienen bonificaciones fiscales, en Uruguay esto no sucede, sino todo lo contrario, se recargan impuestos en el sector.
También influye que durante muchos años el mercado estuvo “muy estático” debido al monopolio que estuvo vigente en Uruguay hasta 1985. El mercado de seguros “básicamente desmonopolizado” en el país solo tiene unos 30 años de existencia, lo que restó dinamismo para su desarrollo.
-¿Sería necesaria más proactividad por parte del sector privado?
-No diría eso. Nosotros hemos implementado nuevas coberturas en Uruguay, por ejemplo, en las de cyberseguridad o pólizas contra demandas a gerentes, contra daños ambientales, así como seguros financieros específicos, que son productos muy sofisticados y que tal vez cuando los incorporemos al mercado uruguayo estén algo anticipados a las necesidades de cobertura que se perciben localmente. Hay actualmente productos dentro de nuestra oferta que aún no encuentran un mercado maduro y por tanto no se logran comercializar masivamente.
-En el caso de SBI, ¿cuál es el producto con más éxito o mayor comercialización?
-En seguros de responsabilidad civil siempre tuvimos liderazgo, además hemos introducido al mercado varias coberturas especializadas. También nos destacamos en seguros que cubren grandes riesgos donde se involucra mucho capital. De hecho, en cuanto a los capitales a asegurar, nadie en Uruguay tiene capacidad para asegurar sumas de capital más altas que SBI.
-Tienen productos enfocados al comercio y a la industria. ¿Es el nicho de mercado al que apuestan?
-Efectivamente, la gama de productos que se comercializa hoy apunta a las empresas, aunque estamos evaluando retornar al negocio enfocado a los consumidores a partir del próximo año.
-En el lanzamiento de SBI, resaltó la vocación de Fairfax por promover buenos valores y resultados a largo plazo ¿De qué se trata esta visión que, a priori, dista de lo tradicional?
-Es un cambio también muy importante de visión. El grupo tiene una visión a largo plazo, siguiendo valores para hacer negocios, no está tan sujeto al resultado de cada trimestre sino que apuesta a generar rentabilidad en el largo plazo, a generar capacidades en las empresas locales y a apoyar a las comunidades en las que se opera.
-¿Cuáles son los principales desafíos que tiene SBI Uruguay?
-Un desafío para SBI y para todo el mercado de seguros es poder mantener un mínimo de rentabilidad. El sector es relativamente pequeño y está bajo una presión competitiva muy importante. Dado que los precios de mercado están muy ajustados, que los costos operativos son muy importantes y que hay “recargos” impositivos, ser capaz de obtener un margen mínimo de rentabilidad es un tema central.
Además el mercado completo de seguros está frente al desafío de las nuevas tecnologías, que son una oportunidad y un riesgo al mismo tiempo y que serán sin duda un protagonista importante en el futuro.
También es relevante cómo se van a intermediar esos seguros, nosotros trabajamos a través de corredores, suponemos que aunque se den avances revolucionarios en las tecnologías, en los seguros de alta complejidad, los corredores de seguros seguirán siendo el canal principal, pero preocupa el impacto de las nuevas tecnologías en los corredores cuando hablamos de los seguros más masivos.