La mala racha que atravesó el turismo en la temporada de verano hizo que el impacto del coronavirus encontrara al sector con importantes problemas de rentabilidad. Las perspectivas para la actividad son muy negativas y no habrá otra alternativa que el envío al seguro de paro del personal, según dijeron a CRÓNICAS referentes de la hotelería, restoranes y agencias de viajes. Para los shoppings el futuro es incierto y todavía no se animan a medir el golpe, que sin dudas será significativo.
Por Magdalena Raffo | @MaleRaffo
Todas las ramas de actividad vinculadas al turismo se han visto duramente afectadas tras la llegada del coronavirus a Uruguay. La gran mayoría de los hoteles no están en condiciones de abrir sus puertas y ofrecer servicios. Lo mismo sucede con los restoranes y los casinos.
El presidente de la Asociación de Hoteles y Restaurantes del Uruguay, Francisco Rodríguez, informó que hasta hoy viernes va a haber una operativa en los alojamientos de Montevideo socios de la institución que no supera el 10% de ocupación. A partir de mañana, “la inmensa mayoría está pensando seriamente dejar una guardia y mantener cerrado porque no puede cubrir los servicios; hay una ocupación inexistente”, explicó. Esto implica que muchos deberán recurrir al seguro de paro para sus trabajadores.
Si se considera la realidad actual del este y Colonia, ya debe haber unas 3.000 personas que estarían ingresando al seguro de desempleo, dijo Rodríguez. Sumado a esto, la organización tiene algunos socios “muy icónicos”, como el hotel Enjoy, que ya ha enviado a unos 800 funcionarios.
La situación es tan negativa como dinámica. Significa que no es posible hacer una proyección a ciencia cierta de lo que pueda suceder a futuro, dado que incluso las medidas tomadas por el gobierno han ido cambiando con el correr de los días. Lo que es evidente es que cada vez se acortan más las oportunidades de salida para este sector, lamentó el ejecutivo.
En la capital del país se hicieron los reacomodos necesarios para que un solo hotel pudiera recibir a los huéspedes de todos los demás, a fin de permitir que estos cerraran su operativa. Esto se debe a un motivo económico, pero sobre todo sanitario.
Rodríguez afirmó que en la hotelería son más de 40.000 los cotizantes que están en el BPS. Teniendo en cuenta a las actividades que funcionan alrededor del rubro, el número asciende a 100.000.
Para la Cámara de la Industria Hotelera y Turística del Uruguay, el panorama es igual de oscuro. La preocupación no se da solamente por este fenómeno inédito y mundial que está afectando la economía hoy, sino también por la importancia de encontrar la forma de superar esta realidad hacia adelante.
El presidente de la gremial, Alejandro D’Elia, sostuvo que están en peligro muchas fuentes de trabajo y que, lamentablemente, el sector turístico se vio obligado a mandar a gran parte de su personal al seguro de paro porque no tiene otra alternativa. Todavía no se tiene la cantidad definitiva porque fue durante esta semana que los hoteles empezaron a clausurarse, pero el empresario aseguró que va a ser un número grande ya que “la hotelería en general debe cerrar”. Si bien es una medida temporal, entiende que los esfuerzos para lograr el repunte del sector van a llevar varios meses.
D’Elia es también gerente general del complejo Solanas y tomó la decisión de cerrarlo el 22 de marzo, momento en el que se habrá reubicado a los huéspedes que quedaban en el alojamiento. Hasta el 31 de marzo va a concurrir parte del staff, pero los contratos eventuales que tenía la empresa se están finalizando por falta de ocupación. Para los meses siguientes, la única opción es enviar a los empleados al seguro de desempleo.
A partir del 23 de marzo, tal como han hecho otras compañías, Solanas quedará a disposición del Estado para apoyo sanitario en caso de que los centros asistenciales necesiten camas.
Facturación en cero
Por otra parte, las agencias de viajes están pasando una situación “nunca vista” en la vida, en palabras de Carlos Pera, presidente de la Asociación Uruguaya de Agencias de Viajes.
A causa de que hay varias fronteras cerradas en el mundo, sumado a que las aerolíneas prácticamente ya no vuelan a Uruguay, muchos compatriotas todavía no han podido regresar al país. Por estos días, los agentes de viaje están concentrados en resolver ese problema a tantos uruguayos que quedaron varados en distintos destinos.
A su vez, están trabajando en reprogramaciones a futuro a pedido de los pasajeros, que se vieron imposibilitados de viajar y tampoco podrán hacerlo en el corto plazo.
Pera dejó en claro que la agencia de viajes es un mero intermediario entre los dueños de los productos –compañías aéreas, de cruceros, cadenas hoteleras, prestatarios de servicios- y el consumidor final. Es así que se ven en una posición un tanto “incómoda”, debido a que están reprogramando ventas a futuro, con una facturación que es cero, porque no se está vendiendo.
Una especie de censo llevado adelante por la asociación, arrojó que hasta el martes habían sido 277 las personas enviadas al seguro por parte de las empresas de viaje. Sin embargo, la cifra tiende a subir y no están contempladas todas las compañías del rubro.
En la misma línea, una fuente de Toc Toc Viajes comentó que el foco está puesto en brindar soluciones a las personas que quieren volver, con el equipo de operaciones trabajando en su totalidad de forma remota para cumplir con las recomendaciones sanitarias, y en contacto continuo con los proveedores.
“Por supuesto que el caos abunda, que las líneas telefónicas de las compañías aéreas que nos deben ayudar están saturadas, pues se trata de un colapso global de la industria”, indicó.
Al igual que muchas otras, la empresa se vio en la necesidad de enviar a una parte importante de la planilla al seguro de paro, manteniendo exclusivamente al equipo de operaciones para atender esta coyuntura. El proceso está encaminado y al momento no hay un dato concreto, pero la cifra es menor a 100.
De cierre y en caída
El caso de los centros comerciales también es muy complejo, tras el exhorto del gobierno de que cerraran, con excepción de los supermercados y las farmacias situados en su interior.
Consultado sobre esto, Carlos Lecueder, administrador de los shoppings Montevideo, Portones, Tres Cruces y Nuevocentro, afirmó que no tiene ninguna objeción con las medidas tomadas por las autoridades. Dijo también que todavía es muy difícil de medir el impacto que el coronavirus va a tener en el sector, aunque sin duda va a ser “muy duro” para todos, “especialmente para el país”.
“Recién estamos analizando números y todavía no tenemos claro cuál va a ser la política a seguir. Estamos saliendo del shock y estudiando la situación, pero hoy no se puede proyectar nada hasta que el tema sanitario mejore”, señaló.
En tanto, el gerente general de Tres Cruces, Marcelo Lombardi, manifestó que el efecto fue importante, aunque comprende la necesidad de dar de baja las actividades para contener el virus.
En lo que respecta a la terminal ubicada en las inmediaciones del shopping, el transporte también está teniendo una caída muy importante de tráfico, producto de que hoy solo viaja quien realmente precisa hacerlo, sobre todo cuando se trata de trayectos de varias horas.
“Las empresas de ese rubro siguen funcionando, pero con servicios mínimos, muy ajustados al nivel de demanda de este momento que es más bien bajo”, explicó Lombardi.
Para los shoppings es lógico y previsible un envío al seguro de desempleo de los funcionarios de las tiendas, aunque no se lleva un registro al respecto dado que eso corresponde a cada una de las empresas, que son independientes.