Con un 2022 que batió récords en ingresos, y un 2023 con caídas debido a los problemas económicos en Estados Unidos, el sector nacional de las Tecnologías de la Información hace esfuerzos para sortear los obstáculos y seguir creciendo. ¿Hacia dónde debe apuntar la industria? ¿Cuáles son los desafíos a mediano y largo plazo? ¿Qué papel juega la nueva ley reglamentada a finales del año pasado? Sobre estas interrogantes, en diálogo con CRÓNICAS, Leonardo Loureiro, expresidente de la Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información (CUTI), y el actual presidente de la organización, Carlos Acle, echan luz sobre el tema.
Por Catalina Misson | @catalinamisson
Según la Encuesta Anual de la Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información (CUTI), las 270 empresas encuestadas del sector Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) aumentaron sus ingresos en un 46% en 2022 en comparación con el 2021, alcanzando la cifra récord de US$ 2.840 millones. A partir de la Encuesta, sabemos que el sector llegó a cubrir el 4,6% del PBI, creció en un 44% en el comercio exterior, y un 10% en el mercado local. Un 45% de las ventas se dieron en las empresas de zonas francas, y se estima que se crearon 3.000 puestos de trabajo, llegando a los 25.000 que el BPS calcula en el sector. A pesar de que persiste un claro desbalance entre géneros, hubo un mínimo crecimiento del 1% en mujeres empleadas.
El año pasado
El panorama en 2023 fue distinto. El primer destino que demanda los servicios uruguayos de TIC, es Estados Unidos. Los que le siguen son Reino Unido, Argentina, Canadá y Chile. Tal como explicó Leonardo Loureiro a CRÓNICAS, la CUTI aún no tiene los datos del 2023 procesados porque “lleva tiempo” para lograr un análisis de calidad, pero a su impresión personal, “seguramente” la encuesta reflejará una caída en los valores, ya que “el incremento de las compras realizadas por el Estado”, probablemente “no compensen la caída de las exportaciones”. Esto último se dio, según Loureiro, por el bajo crecimiento de la economía mundial en 2023 y a causa de los problemas de la economía norteamericana.
El actual presidente de la CUTI, por su parte, expresó a CRÓNICAS que desde la cámara “se tiene la sensación” de que el 2023 fue “un buen año para Uruguay y América Latina”, aunque existe “la gran incertidumbre” en torno al mercado estadounidense. “Estados Unidos es el más golpeado por la realidad de su economía, porque desde principio de año tuvo noticias diversas, como los despidos masivos en las compañías tecnológicas, o las caídas de algunos bancos importantes por el sector como el Silicon Valley Bank. Que el mundo de las de las startups en Estados Unidos tuviera dificultades para acceder al financiamiento, es algo importante para las empresas socias”, analizó Carlos Acle. Aún así, añadió que “hay ciertas expectativas de estabilización para fin de año, con las noticias de que la Reserva Federal (Fed) dejó de subir la tasa de interés y no se terminó de concretar esa recesión casi inminente”, y que en cuanto al mercado local, “hay buenas expectativas para el 2024”.
Desafíos y oportunidades
El sector de las TIC tiene que afrontar algunos desafíos para seguir creciendo. Concretamente, Loureiro menciona tres. El primero es la internacionalización, que “sigue siendo complejo” pero necesario para “sumar imagen país”. El segundo es la búsqueda de innovación y la generación de propiedad intelectual; por ejemplo, una licencia de software, paquete de servicios o un modelo de procesamiento de información. Esto importa porque, según Loureiro, muchas de las empresas socias crecieron a partir de la venta de servicios, “y no es lo mismo que vender propiedad intelectual”.
El tercer y “más grande” desafío es la formación de talentos y la capacidad de retenerlos en el país. A pesar del conocimiento generado en el trabajo, “no hay duda” de que para poder integrarse a trabajar al sector de las TIC hay que tener “una capacitación que lleva su proceso”, razonó el expresidente de la CUTI. Para él, “en todo el mundo” hay una escasez de talento en TIC. “Básicamente se da porque los jóvenes no eligen estudiar carreras tecnológicas. Es multicausal; en la cámara hemos trabajado mucho en los mitos asociados, como que hay que ser experto en matemática o ingeniero, porque hay oportunidad para todos”, aseguró Loureiro. Como otro aporte, a su entender, Uruguay tiene una oferta educativa “muy potente” por las opciones científicas en bachillerato de liceo, bachilleratos tecnológicos de la UTU -con dos edificios de carácter bilingüe en Montevideo y Paysandú- las carreras en Udelar y la UTEC, pasantías en empresas y opciones de nivel terciario en lo privado. “Lo que hoy el sector tecnológico necesita es cantidad: chicos y chicas que se interesen en estudiar tecnologías”, puntualizó.
“Hay una montaña de oportunidades”, reflexionó Loureiro. El hecho de que un destino “tan exigente” como Estados Unidos siga comprando es señal de que el sector “va a crecer”. El mercado es diverso, con posibilidades en análisis de datos con blockchain, en el rubro del retail, en el financiero con el fintech, en el de seguros digitales con el insurtech y en la agricultura con el agritech. Hay rubros más incipientes como la computación cuántica, las tecnologías del sensoramiento 3D y, por supuesto, todas las herramientas que ofrece la inteligencia artificial. Sobre lo último, Acle aportó que “hay una oportunidad importante” para Uruguay, y se refleja con un estudio de la cámara en colaboración con Microsoft, que indica que “Uruguay tiene el mayor índice per cápita de personas formadas en IA”, por lo que se seguirá apostando a ello. Para el actual presidente de la CUTI, “el gran desafío” es el cómo empezamos a incorporar estas herramientas a nuestro trabajo diario, por la posibilidad de la sustitución de profesionales o cambios en sus tareas.
La nueva ley
En agosto del 2023, se aprobó la Ley N° 20.191 de “fomento de la radicación en Uruguay de técnicos y profesionales del sector de las tecnologías de la información que se encuentran en el exterior”, tanto extranjeros como nacionales. El objetivo es atraer mano de obra calificada, por lo que se ofrecerán incentivos tributarios. Se podrá optar “con relación a las rentas del trabajo por tributar el Impuesto a la Renta de los No Residentes (IRNR)” para el “cumplimiento de los contratos de trabajo en relación de dependencia con empresas con actividad regular y permanente”, y “no beneficiarse del sistema de seguridad social vigente” para perder la obligación de realizar aportes. Será vigente para los contratos laborales iniciados hasta el 28 de febrero de 2025 inclusive, y se espera que sea especialmente beneficiosa para el proyecto de ciudad inteligente “+Colonia”. Según Loureiro y Acle, la ley recién se reglamentó sobre fin de año, por lo que “es muy difícil poder hacer una evaluación”. Aún así, recalcaron la necesidad que existía sobre esta iniciativa, y los aportes que significan para aportar multiculturalidad al rubro. Acle agregó que la cámara está conforme con la ley porque “va en línea” con lo hablado en diversas reuniones con el gobierno y el Parlamento, por lo que, de cara al año electoral, están elaborando un plan estratégico 2025 – 2030 para compartir con el gobierno actual y el resto de partidos políticos.