Desde la Liga de Defensa Comercial (Lideco), se informó a CRÓNICAS que a partir de 2016 se incrementó la cantidad de industrias vinculadas al agro y a la construcción que solicitaron participar de concursos de acreedores para solventarse y lograr paliar las crisis financieras que atraviesan.
Los concursos de acreedores son un salvavidas para las empresas que ven hundidas sus finanzas. En ocasiones, los plazos para lograr salir de una situación crítica se vuelven interminables y es imposible evitar la quiebra total, pero con la unificación de las gestiones en un solo concurso se abren puertas a otra realidad, que permite rescatar algunas compañías y suprimir la quiebra.
En lo que va de 2018, más precisamente hasta el mes de mayo, se han presentado 39 empresas a participar de concursos de acreedores. La ley que permite concursar se aprobó en el año 2008, y desde su aplicación, han sido 636 las empresas registradas en instancias como estas.
Bernardo Quesada, director gerente de la Liga de Defensa Comercial (Lideco), explicó a CRÓNICAS que desde la organización notaron el incremento de empresas relacionadas al agro y la construcción que solicitaron concursar para solucionar sus problemas. “La retracción económica del país en esos dos sectores, principalmente desde 2016, ocasionó que el número de industrias de estos rubros utilicen la herramienta”, dijo.
Por otra parte, si se compara la cantidad de firmas que demandaron un concurso, en el periodo comprendido de enero a mayo de 2017, las mismas fueron 45, cifra que supera a las 39 de este año en el mismo período. Pese a esto, Quesada sostuvo que no es posible afirmar que durante todo este año habrá una tendencia a la baja. “No podemos asegurar nada, porque son las empresas quienes deciden hacer uso de esta normativa o no. Nosotros no las podemos obligar”, puntualizó.
Unificación y rapidez
Cuando entró en vigencia la Ley 18.387 de declaración judicial del concurso y reorganización empresarial se logró unificar los procesos de salvataje que ya existían. Lo que anteriormente se llamaba concordato pasó a ser un convenio, así, el concordato privado se transformó en un acuerdo privado de reorganización; y la llamada etapa de quiebra, hoy es la liquidación.
“Esto hace más eficiente el tema para la justicia y las empresas. Cuando se acortan los plazos, se perjudica menos el mercado, se puede mantener el valor de la empresa de la mejor forma y no se le hace perder tiempo a los acreedores. Es una de las principales mejoras”, aseguró el director.
Más allá de la norma, Quesada fue crítico con la forma en que las empresas echan mano del mecanismo. “Consideramos que se sigue llegando un poco tarde a usar la herramienta. Porque cuando se llega ya estamos en una situación donde los problemas se han generado hace tiempo”, explicó. En esta línea, añadió que se podría intervenir un poco antes, ya que la ley prevé incentivos, tanto para el deudor como para en acreedor, con el fin de acortar los tiempos, “se ha mejorado pero no todo lo que quisiéramos”, apuntó el empresario.
Modificaciones en pausa
El director de Lideco opinó que a la misma ley de concursos se le podrían realizar nuevas modificaciones. Ya fueron planteados los ajustes necesarios a través de un proyecto propuesto al Ministerio de Economía y Finanzas, “pero en ese momento, desde el Ministerio, se planteó que no era ocasión todavía para realizar evaluaciones o modificar la ley, sino que era necesario dejar pasar más tiempo”, explicó.
Quesada sostuvo que los arreglos son de índole prácticos, ya que entiende que eso ayudaría a acelerar y especializar los concursos. “Hoy en día no hay ningún proyecto de modificación en el Parlamento, más allá de algunos proyectos que afectan situaciones en los concursos pero que no tienen nada que ver con la ley en general”, puntualizó.
Clausuradas y suspendidas
Hasta abril de este año, en los últimos 12 meses, se sancionaron 2.002 cuentas corrientes. De las que 1.441 fueron suspendidas y 511 clausuradas. En el mismo período pero del año anterior, la cifra llegaba a las 2.048.