Lo que a mediados de 2016 era una iniciativa que empezaba a transformarse en negociaciones, ya a principios de 2017 pasó a convertirse en elementos concretos. La empresa reportaba el 4 de mayo que los diálogos habían tenido “importantes avances”, pensando siempre en el crecimiento en infraestructura y otros requisitos, los cuales terminarían derivando en el objetivo principal: el crecimiento a largo plazo a nivel industrial del país, lo que después se materializó en UPM Paso de los Toros.
El avance de las negociaciones en un principio se encontraba marcado por una gran coincidencia en los principales temas que habían puesto ambas partes en la agenda de la negociación. A partir de los primeros encuentros lo que se buscaba era la resolución de las distintas diferencias que pudieran dar lugar a la redacción de un acuerdo que estableciera las responsabilidades.
En un segundo escalón de las negociaciones, los involucrados pasaron, dentro de la preparación de la inversión, a los estudios de pre-ingeniería y procesos de autorización. Apuntando con esto a dejar el camino disponible para avanzar en la implementación de las obras de infraestructura acordadas en la primera etapa.
Este proceso fue culminado en noviembre de 2017, cuando se comunicó que se había llegado al final de las negociaciones tanto en relación con el desarrollo de infraestructura como con otros requisitos que se encontraban implicados dentro de este proceso.
Algunos días después, se firmó finalmente el contrato de inversión, el cual permitió establecer un marco operativo competitivo para lo que sería luego la construcción de UPM Paso de los Toros. Allí quedaron estampados los que se pueden denominar como requisitos locales, que describen, por ejemplo, roles, compromisos y plazos que debían guiar el accionar de ambas partes.
El gobierno y sus responsabilidades
A partir de la negociación quedó definido que el gobierno se encargaría del desarrollo de la red ferroviaria y las respectivas carreteras. Además, se agregó que esto tendría lugar a través de una licitación a largo plazo, que ya dejaría incluido tanto la construcción como el mantenimiento de la red. Según las cifras estimadas, en aquel momento se esperaba una inversión estimada por parte del gobierno de US$ 1.000 millones. Otro de los aspectos que se sumó como responsabilidad fue la promoción de una concesión de una terminal especializada en celulosa con acceso ferroviario en el puerto de Montevideo. Esto último se identificó como fundamental, ya que se entendió que era la manera de asegurar una salida confiable y competitiva del producto. Se agregó, a su vez, el otorgamiento de una zona franca a la fábrica, elemento que se entendió determinante de cara a competir en los mercados internacionales.
UPM y sus primeras nuevas acciones
Los primeros pasos en los que se debió enfocar UPM en esta primera etapa se vincularon con estudios de pre-ingeniería y procesos de autorización, pensando siempre en una planta con una capacidad anual aproximada de dos millones de toneladas de celulosa. La inversión estimada en el lugar para el cumplimiento de estas expectativas era de aproximadamente 2.000 millones de euros. Las inversiones sobre las que debía avanzar la empresa no se limitaban solo al espacio comprendido por la plata. Implicaba también apuntar a silvicultura, viveros, plantaciones forestales, caminería interna, maquinaria de cosecha, material de transporte, material rodante para el ferrocarril, infraestructura para la exportación y el desarrollo de las capacidades humanas.