La organización internacional Project Management Institute, que tiene como objetivo la profesionalización del gerenciamiento de proyectos, reconoció en el Congreso del Capítulo de Montevideo a la empresa Isbel a través de su proyecto STM+ debido a su excelencia en la metodología utilizada para desarrollar un sistema de gestión y control de tránsito de pasajeros en el transporte público.
El proyecto surgió como respuesta al desafío público de Ciudades Inteligentes propuesto por la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) y la Intendencia Municipal de Montevideo (IMM) a través del cual, empresas públicas o privadas propusieron problemas de la sociedad que debían ser resueltos con soluciones innovadoras.
En este caso fue la IMM quien planteó la necesidad de mejorar el transporte metropolitano de pasajeros, para lo cual Isbel, a través de su departamento IsbelLabs, desarrolló un sistema funcional que propuso cambiar los lectores de las tarjetas STM para poder permitir, además, el pago por el celular a través de códigos QR. La solución ganadora incorporó la identificación de la subida y bajada de los pasajeros, un televisor dentro del ómnibus que indique los puntos de interés, así como también las próximas paradas y un sistema de información que comunicara en tiempo real los próximos desvíos en rutas.
Para el diseño del sistema se tuvo en cuenta la compatibilidad con el actual, lo que habilita a hacer una transición gradual, permitiendo la adaptación paulatina por parte de todos los usuarios. Además, con este “boleto electrónico” se elimina el papel, logrando un impacto positivo en el medioambiente así como en los costos operativos.
El prototipo quedó a evaluación de la Intendencia, que decidirá si implementar el proyecto o no. A pesar de que hacerlo demandaría una inversión, José Joskowicz, Ingeniero Consultor de Isbel, señaló a CRÓNICAS que el proyecto demandaba un tope en cuanto a la inversión por unidad.
Paso a paso
En la primera fase, durante la cual se generó la idea, la limitante de tiempo era muy relevante. Para lograr el objetivo, se conformó un equipo multidisciplinario con integrantes de distintas formaciones académicas, edades y grados de uso del transporte público que seleccionaron las ideas que mejor se ajustaban al desafío.
En la segunda fase, ya seleccionados entre las 12 propuestas que continuaron en carrera de las 24 que se presentaron al llamado, la idea se debía convertir en un proyecto totalmente ejecutable. Gracias a que en la primera etapa se conformó un equipo que aportaba diferentes miradas y todas ya desde el punto de vista de ser plasmadas en un proyecto real, esta proactividad aceleró y enriqueció la presentación de la propuesta en esta fase.
En el momento del desarrollo del prototipo, se definieron primero las funcionalidades y luego se avanzó rápidamente en el desarrollo del software que, al utilizar tecnologías innovadoras que se aplicaban por primera vez en este tipo de soluciones, implicó un desafío en sí mismo. En esta última etapa se hizo un seguimiento con todos los actores involucrados con el fin de mantener el proyecto alineado a los objetivos.