Para la responsable de asesoría económica, comunicación y medio ambiente de la Unión de Exportadores, Maria Laura Rodriguez, la crisis sanitaria por la que atraviesa el mundo traerá peores consecuencias que otras crisis. Uruguay, sin embargo, se encuentra en una posición de privilegio respecto a otros países de la región.
“El mundo entró en un coma inducido”, así definió el impacto de la pandemia la experta de la Unión de Exportadores, María Laura Rodríguez. La responsable de Asesoría Económica explicó que esto se debe a que hay un shock tanto en la oferta como en la demanda debido al aislamiento.
“No hay precedentes como para poder estudiarlo”, señaló en referencia a los efectos de la pandemia y agregó que no sirven referencias “de hace 100 años” a causa de la globalización.
El Covid-19 ha causado más incertidumbre que otras crisis que eran de origen bélico o financiero. Esto se debe a que las otras crisis siempre tuvieron su origen en hechos financieros y no fueron causados por una crisis sanitaria. Rodríguez señaló que esta es la peor crisis luego de la acontecida en la Segunda Guerra Mundial.
A su vez, la experta señaló que la Organización Mundial del Comercio (OMC) prevé una caída de la actividad de entre 13% y 32%; estas cifras son mayores que la caída del PIB mundial.
¿Cómo van los vecinos?
Esta será la peor recesión del siglo para la región. Según proyecciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), la caída será de un 5,3%. “Esta situación es peor para América Latina que la crisis del ‘29 y que las guerras y todo lo anterior”, reflexionó Rodríguez.
La caída para Uruguay según el gobierno que encabeza Luis Lacalle Pou estima será de 3%. Sin embargo, organismos internacionales estiman una caída del 3,7%. Igualmente se espera que la recuperación comience rápidamente el año que viene. En ese sentido, el país está mejor aspectado que otros de la región que tendrían peores consecuencias. Por ejemplo, Perú prevé una caída del 12% y Argentina del 7%.
La situación de nuestros vecinos y principales socios comerciales es crítica.
En Brasil, a la crisis política que hay en el país se le suma la del Covid-19. En cifras esto se traduce en una caída del 1,5% del PIB en el primer trimestre del año y se estima que esa cifra ascienda al 6,5% para finales de año.
Argentina, por su parte, sigue inmersa en una “crisis de confianza”. Según Rodríguez, es vital para que el país salga a flote que haya inversión y crecimiento. A causa del Covid-19 y la cuarentena obligatoria estipulada por el gobierno de Alberto Fernández, estos dos factores no serían fáciles de alcanzar.
Además, el Banco Central de ese país tiene pocas reservas y su moneda no tiene peso en el mundo.
¿Y por casa cómo andamos?
Uruguay ya venía con una economía estancada previo a la emergencia sanitaria, con un crecimiento de 0,2% en 2019. A su vez, de acuerdo con la ejecutiva, el primer trimestre se vio marcado por una sequía que afectó al agro, una temporada turística “regular”, una baja en las exportaciones -por un primer efecto del virus por los bienes vendidos a China-, y la última quincena impactada por la crisis sanitaria.
En cuanto a las exportaciones, Rodríguez sostuvo que vienen en caída. En lo que va del año hasta mayo, las ventas de bienes y servicios al exterior decrecieron un 14% “y todavía no hay claras perspectivas de recuperación”, apuntó.
De los principales mercados a los que Uruguay vende, casi todos dieron a la baja en el período enero mayo. Las ventas hacia Argentina, Brasil, Holanda, Alemania y China disminuyeron en un 40%, 35%, 14%, 45% y 40%, respectivamente. Sin embargo, Estados Unidos incrementó su compra de bienes uruguayos en un 2,4%.
Otros factores donde la pandemia incidió en el país es en el tipo de cambio real -cayó 0,5% en el primer cuatrimestre-, la inflación -situada en 11,05% en mayo- y el desempleo -ubicado en 10,1% en marzo-.
Por lo tanto, argumentó Rodríguez, la crisis del Covid-19 representa una amenaza pero también una oportunidad. En este sentido, argumentó que se pueden implementar mejoras necesarias para sectores competitivos y llegar a más mercados, así como también aprovechar el buen manejo de la crisis por parte de Uruguay para darse a conocer en el exterior.