La informalidad laboral en Uruguay guarda una fuerte relación con la pobreza, ya que tres de cada cuatro adultos bajo esa condición son trabajadores informales. Así lo explicó el doctor en economía especializado en pobreza y mercados laborales, Matias Brum, en diálogo con CRÓNICAS. También fueron entrevistados sobre esta problemática el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Pablo Mieres; el exmiembro de Eduy 21, Bruno Gili, y el economista Bruno Giometti.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la informalidad en Uruguay se ubica alrededor del 22%; la cifra más baja en comparación con el resto de los países de América Latina.
“La informalidad está concentrada en colectivos vulnerables”, enfatizó Brum y añadió que el fenómeno se presenta en mayor medida en el departamento de Artigas, con el 53% de los trabajadores. Por otra parte, uno de cada seis empleados es trabajador público y por tanto, esto “actúa como base” para evitar una mayor informalidad en el país.
Los especialistas estuvieron de acuerdo en que la informalidad se trata de un problema estructural e hicieron hincapié en la baja calidad de los trabajos y la influencia del acceso a la educación y las capacitaciones.
Escenario regional
Durante los últimos 15 años, la informalidad en Uruguay disminuyó y presentó una importante caída durante la pandemia. Sin embargo, no fue lo único que influyó ya que, según Gili, la reducción de la informalidad también se debe a reformas previsionales, políticas públicas y fortalecimiento de algunas instituciones.
Para Brum, algunos de los factores que inciden en la reducción de la informalidad es que Uruguay no cuenta con población que se dedique al autocultivo, las empresas son “de buen tamaño” y las políticas de fiscalización “razonables”. Además, sostuvo que las jubilaciones son “buenas” comparadas a las de la región y que por este motivo, los incentivos para la formalización en otros países son escasos.
Además hizo referencia al intento por reducir aún más la informalidad y dijo: “Podríamos plantearnos una baja entre el 15 y 18%” ya que, según indicó, nunca se van a lograr números nulos. “Hay gente que elige a conciencia estar fuera del sistema”, agregó.
Raíz del problema
Según Brum, el sector de la construcción es el que agrupa a más trabajadores informales (44%). Además, resaltó que 29.000 informales son limpiadores y asistentes domésticos y que 17.000 son peones de jardín. En ese sentido, explicó que este tipo de áreas son las que requieren menor capacitación e implican, en mayor medida, trabajos zafrales
Los entrevistados estuvieron de acuerdo en un punto en común: la capacitación. Por este motivo, destacaron el trabajo de Inefop e hicieron énfasis en la búsqueda de las recapacitaciones y una mejor reinserción en el mercado.
“Deberíamos pensar en una transformación en la matriz productiva que genere nuevos sectores de actividad con empleos de calidad”, dijo Giometti, y Gili coincidió en dinamizar la economía e innovar el mercado laboral.
Por otra parte, Mieres y Brum mencionaron la importancia de los trabajadores unipersonales. Ambos entrevistados destacaron la necesidad de generar una caja especializada y subsidios por reducción o cese de actividad.
Situación de los jóvenes
Las franjas etarias que presentan mayor informalidad son los jóvenes menores de 25 años (34%) y mayores de 55 (34,5%). Brum le adjudicó esta problemática a dos motivos. Por un lado, los jubilados que necesitan un ingreso extra acceden a trabajos de menor calidad, más allá de los aportes que implica la reforma de la seguridad social actual. Por otra parte, los jóvenes cuentan con malas inserciones laborales y problemas de nivel educativo, ya que los porcentajes de culminación de primaria y secundaria son relativamente bajos.
“Es difícil que los jóvenes ingresen al mercado porque hay poca capacidad de generar empleo genuino y sostenible”, dijo Giometti, y agregó que la reforma jubilatoria mantiene a los trabajadores de mayor edad en el mercado laboral durante más tiempo.
Sin embargo, Mieres destacó que los jubilados pueden optar por continuar en el mercado formal sin perder su pasividad. Por su parte, Gili hizo hincapié en que la regulación del mercado laboral “es rígida”, lo que limita el acceso a un mejor trabajo juvenil.