BBVA Research revisó a la baja las proyecciones de crecimiento del PIB para Uruguay, para 2019 estas cayeron del 0.7% al 0.3% y para el próximo año de 1.7% a 1.2%. A su vez, se proyecta más desempleo y menor crecimiento de los salarios reales.
El economista jefe de BBVA Research, Marcos Dal Bianco, y los economistas Adriana Haring y Juan Manuel Manías brindaron una teleconferencia de prensa desde Argentina para presentar el informe: “Situación Uruguay Segundo Semestre 2019”.
El documento elaborado por BBVA Research asegura que la revisión a la baja del 0.7% al 0.3% en 2019 se produce por el estancamiento en el consumo y una caída del 4.1% en la inversión interanual.
Sin embargo, en este contexto, el crecimiento de las exportaciones agropecuarias funcionó como un bálsamo. “Se registró un incremento del volumen de exportaciones de 7.6%, impulsado por las ventas de productos primarios, que aumentaron en un 25.5%, en especial de soja y productos cárnicos, que ayudaron a revertir la caída de las exportaciones este año permitiendo un pequeño superávit”, remarca el informe.
Asimismo, en la segunda parte del año se espera un leve repunte de la inversión ligado a las obras del tren asociado a UPM que, a pesar de ello, no resultará un gran dinamizador de la actividad en 2019.
A su vez, tampoco se vislumbra un crecimiento significativo del consumo privado lo que se encadena con un mercado laboral que muestra un alto desempleo (9.5%) y una “continua desaceleración del salario real”, según explicó Haring.
Proyecciones
Las convulsiones de la región obligaron a BBVA Research a revisar a la baja las proyecciones para Uruguay también para 2020. “El efecto Argentina se hará sentir no solo en Turismo sino en otros sectores de actividad afectando la demanda externa”, indica el documento.
Sin embargo, “la madre de todas las batallas” para Haring será lo que suceda con el resultado fiscal.
Teniendo en cuenta que un 70% de la recaudación del gobierno proviene de impuestos, la próxima Administración deberá encarar el tema y evaluar si los ajustes serán por ingresos o por reducción del gasto.
Los economistas evaluaron que debido a que Uruguay es el país que tiene más presión tributaria después de Cuba en América Latina, es más factible que pueda tratarse el déficit por medio del control del gasto sin apelar a castigar con mayores impuestos.
A priori, el año electoral condicionó la posibilidad de reducir el gasto que incluso se incrementó en 2019, ubicándose en 31.8% del PIB. Según los expertos, la mitad de esta cifra corresponde a salarios y pasividades, por lo que resulta impostergable enfrentar una reforma en la seguridad social para consolidar las cuentas nacionales.
“Sea cual sea el próximo gobierno, va a tener que tratar el déficit”, apuntó Manías y destacó que “es un símbolo de madurez que se hable del tema fiscal en la campaña electoral”.
También en relación a las proyecciones de crecimiento, Haring agregó: “UPM tendrá un efecto transitorio pero si no hay una fuente de inversión permanente no habrá cambios constantes”.
A este respecto, Dal Bianco remarcó que Uruguay debe hacer foco en las reformas estructurales y enfatizó en la necesidad de que se cree una regla fiscal “constante y creíble”.
Finalmente, todos los economistas y el informe coincidieron en que hay un desacople en la región en cuanto al riesgo. “El riesgo de Uruguay no presenta sustancial cambio en las elecciones y mucho menos después”, aseguró la economista de BBVA Research, Adriana Haring, e hizo alusión a la importancia de la estabilidad del país frente a las continuas turbulencias del vecindario.
Los terremotos
El flamante economista jefe de BBVA Research, Marcos Dal Bianco, se refirió a la coyuntura global que explica, en gran medida, la situación del Uruguay.
En esta línea, Dal Bianco recordó que desde 2017 se da una paulatina desaceleración del crecimiento global que se ha tensionado últimamente por la relación entre China y Estados Unidos.
A su vez, se encuentran riesgos de un mayor proteccionismo en el mundo y aún se teme por una recesión en Estados Unidos. La incertidumbre no le es ajena a América Latina que presenta un crecimiento menor al esperado y se ubica en un 0.7%.
En Argentina, la inflación se acelerará y el PIB caerá más de lo previsto por las medidas de control cambiario y la necesidad de reprogramar la deuda pública.
Mientras tanto, en Brasil, la aprobación de la reforma en la seguridad social mejora las perspectivas y se espera que el PIB crezca un 0.9% en 2019 y un 1.6% en 2020, a la vez que se proyecta una inflación controlada.