Uruguay cayó, en este año, en el ranking internacional GTIC, que mide la competitividad de un país en función de la capacidad para atraer y retener el talento en su mercado laboral. En 2016, el país se ubicaba en el puesto 47.
Por Federica Chiarino | @FedeChiarino
Estos datos se desprenden de un estudio realizado por Adecco junto con Insead y Human Capital Leadership Institute, que mide cómo los países atraen, fomentan y retienen el talento. Este año el índice cubrió 118 economías nacionales, representando el 97,3% del PIB mundial y el 88,7% de su población.
El ranking lo lidera Suiza a nivel global y entre los 20 países latinoamericanos que cubrió el estudio, Chile lidera la región en el puesto 34, seguido por Costa Rica en el 39 y Panamá en el 48. Luego viene Uruguay en el puesto 51, Argentina en el 64, Colombia en el 71, México en el 74, Ecuador en el 79, Brasil en el 81 y Perú en el 83.
La situación de Uruguay
El estudio se centra en cuatro pilares externos al individuo y dos internos. Los pilares externos son los de la habilitación, atracción, crecimiento y retención del talento. En el ranking de habilitación, Uruguay obtiene el puesto 51, y se destaca con una muy buena posición en cuanto a la atracción del talento, con el puesto 28. En lo que hace a la retención, el país está en el puesto 44, mientras que en el índice de crecimiento se ubicó en el lugar 41.
En cuanto a los pilares internos: habilidades profesionales y técnicas, y destrezas de conocimiento global, Uruguay se ubicó el puesto 92 en la primera (la peor calificación de todos los indicadores en el ranking) y en el lugar el 67 en la segunda.
Los avances tecnológicos afectan la competitividad del talento y la naturaleza del trabajo, por lo que los países deben desempeñar estrategias cada vez más innovadoras para atraer, hacer crecer y retener el talento de sus trabajadores. Es por esto que el GTIC se enfocó este año en la tecnología, con el objetivo de formar el futuro del trabajo.
Cinco acciones para atraer y retener el mejor talento
Ante esta situación de cambio cultural global, y teniendo en cuenta la realidad que vive Uruguay, Adecco compartió cinco recomendaciones para atraer y retener al mejor talento.
La tecnología y la hiperconectividad están cambiando la naturaleza del trabajo. Para Adecco, la flexibilidad es el lema de este siglo, ya que el mundo está pasando de un entorno en el que el trabajo se basaba en el empleo tradicional (asalariado y de oficina) a uno donde los trabajadores se quieren sentir «agentes libres». Este nuevo enfoque está teniendo un enorme impacto en los marcos legales, regulatorios, fiscales y sociales en el mundo del trabajo, por lo que las estrategias para retener el talento deben adaptarse hacia una gestión de los recursos humanos con énfasis en facilitar un equilibrio para los individuos y la flexibilidad.
A su vez, se debe pensar más allá de la automatización, porque no se trata simplemente de tecnología. Esto implica reconocer y analizar la transformación profunda de los sistemas sociales, los cambios dentro de la organización y la empresa, así como en los sistemas educativos y el mundo del trabajo, ya que muchos países todavía se basan en un modelo de fábrica del siglo XX que se desvanece rápidamente.
La tercera recomendación consiste en combinar las competencias técnicas y las competencias sociales, aspecto crucial para el nuevo perfil de talento, ya que la innovación proviene cada vez más de la colaboración. Los jóvenes deben ser capaces de «aprender a aprender», de crear, de resolver problemas y, además, deben tener habilidades de comunicación. Los planes de estudios deben consistir en enfoques experimentales y basarse en proyectos que incluyan oportunidades de formación en el trabajo.
Las políticas educativas y del mercado de trabajo son los principales retos del cambio: es fundamental una cooperación entre el gobierno, las empresas y las instituciones educativas para asegurar una rápida reforma del sistema educativo y diseñar políticas de empleo que combinen la flexibilidad del mercado de trabajo con la protección social.
Tanto para los individuos como para las empresas, la ubicación de los «talentos» requiere cada vez más de una ciudad conectada. La infraestructura física (como aeropuertos o carreteras) sigue teniendo importancia para las ciudades que quieren ser vistas como centros globales, pero la infraestructura blanda, como la conectividad a internet, es de creciente importancia a medida que se pueden ofrecer más servicios online. La expansión de las redes mundiales de información permite a todo tipo de talentos fijar su atención en ciudades que combinan una alta calidad de vida con buenas perspectivas de desarrollo profesional.