La propuesta uruguaya presentada por la Dirección Nacional de Energía (DNE) resultó seleccionada entre 155 propuestas de 100 países diferentes. La financiación total, de carácter no reintegrable, es de U$S 10 millones. Este monto se utilizará para apalancar el financiamiento privado a iniciativas innovadoras y sustentables, que van desde la movilidad eléctrica hasta la descarbonización industrial o el desarrollo de la tecnología del hidrógeno, y que serán la base de una segunda transformación energética para nuestro país.
Uruguay recibirá 10 millones de dólares del Fondo Conjunto de las Naciones Unidas para los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS), luego de que la propuesta presentada por el Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM), a través de su DNE, fuera una de las cuatro seleccionadas entre 155 iniciativas provenientes de más de 100 países.
Esta cartera de Naciones Unidas financia enfoques y soluciones profundas para la aceleración de los ODS, y está constituida por fondos públicos y privados. Junto a Uruguay, fueron seleccionados Fiji, Indonesia y Malawi.
La propuesta uruguaya consiste en tomar acciones que inicien la segunda fase de transición energética nacional. Con el 98% de la matriz eléctrica proveniente de fuentes renovables, el siguiente paso, que comenzará a apalancarse con este fondo, será la transición de los sectores de transporte e industria a la energía verde, con acceso asequible a tecnologías limpias e innovadoras.
“Desde el Ministerio de Industria, Energía y Minería estamos muy entusiasmados con el apoyo recibido por el SDG Fund, que será un gran aporte para la promoción de la segunda transición energética en el Uruguay”, dijo el ministro de Industria, Energía y Minería, Omar Paganini. “Se trata de un instrumento innovador que potencia el alcance y profundiza el impacto de las políticas públicas que estamos llevando adelante. Creemos que será un impulso relevante para alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible que nos hemos planteado”, afirmó.
Una segunda transformación de la matriz energética
De los US$10 millones de dólares no reintegrables se otorgaron a Uruguay, se descuentan US$400.000 por concepto de gastos administrativos, mientras que US$2,1 millones se utilizarán para la elaboración de estudios y análisis de prefactibilidad. Los US$7,5 millones de dólares restantes serán la base para emprender acciones que permitan que Uruguay desarrolle con éxito una segunda transformación energética.
Se espera que este fondo se complemente con el financiamiento de otras entidades—entre ellas, organismos multilaterales que ya comprometieron su colaboración—, para alcanzar un monto total de US$70 millones que serán canalizados a través de instituciones financieras de plaza. De hecho, la ONU sostiene que los cuatro programas seleccionados, incluyendo el uruguayo, apalancarán unos U$S 4.700 millones en financiación adicional.
En los últimos años, Uruguay logró transformar la matriz de generación eléctrica, que se acerca al 100% de fuentes renovables. Con esa base sólida, se apunta a transformar otros sectores, lo que incluye la descarbonización del transporte y la industria. Para ello, se utilizará como fondo inicial la financiación de las Naciones Unidas.
Las acciones innovadoras que serán objeto de este proyecto se encuentran en el ámbito de la movilidad eléctrica —incluyendo la electrificación indirecta del transporte y el uso del hidrógeno— y la utilización de energías renovables para usos térmicos en la industria, generación de vapor o calentamiento de productos.
También se pretende apoyar iniciativas que involucren el uso de baterías, que en los últimos años han mostrado una tendencia a la baja en sus costos. Entre otros proyectos, se apuntará a realizar acciones para el procesamiento y la disposición final de las baterías y en la valorización energética de los residuos.