El próximo 1° de noviembre Uruguay abrirá nuevamente sus puertas a turistas de todo el mundo, implementando una reapertura completa de fronteras. En este contexto se divisan variadas repercusiones, tanto a nivel turístico, comercial, e incluso aduanero.
Ante este escenario, CRÓNICAS dialogó con diversos referentes en los mencionados rubros. Remo Monzeglio, Marina Cantera y Carlos Delfino se refirieron a cómo se preparan sus respectivos sectores para este hecho, a la vez que declararon sobre las proyecciones que se hacen en relación a sus efectos.
Por Naara Pérez | @NaaraPerez3
La reapertura de fronteras ha tenido en el país dos etapas diferenciadas. En la primera, que se desarrolló desde el 1º de setiembre, se permitió que los extranjeros con propiedades en el territorio nacional pudieran ingresar a Uruguay. Para esto debían estar inmunizados y presentar un PCR negativo.
Ahora, tras semanas de reuniones, autoridades y organizaciones relacionadas, de una forma u otra, con la coyuntura actual, decidieron, en conjunto, los términos en los que se llevará a cabo la entrada de turistas en el país desde este 1º de noviembre.
Entre los requerimientos para ingresar a suelo uruguayo se encuentra el contar con al menos dos dosis de vacuna, con un período de más de 14 días de aplicada la segunda. En esta misma línea, es requisito exhibir un PCR negativo, realizado, como máximo, con 72 horas de antelación, el que deberá ser repetido al séptimo día.
Sumado a esto, los turistas deberán completar una declaración jurada que tendrá que ser presentada a los funcionarios correspondientes a la hora del arribo.
A diferencia de otras naciones, no se exigirá cuarentena por covid-19.
Por otra parte, aunque restan algunas formalidades, todo parece indicar que existirá la posibilidad de inocular a los extranjeros que así lo deseen. Estos podrán agendarse para recibir las dosis tras cinco días de estadía.
A razón de esto, se prevé un aumento de la movilidad, lo que repercute en diversos sectores de la actividad. Por tanto, este acontecimiento se presenta como un desafío o una oportunidad, dependiendo de variados factores y del ramo en particular.
El renacer del sector turístico.
Tras más de un año y medio sin el ingreso de turistas extranjeros, debido a la irrupción del covid-19, este rubro se prepara para esta ocasión con un “optimismo moderado”, declaró a CRÓNICAS Remo Monzeglio, subsecretario del Ministerio de Turismo. Al mismo tiempo, Marina Cantera, presidenta de la Cámara de Turismo, adelantó que se espera “una reactivación creciente del sector turístico a partir del 1° de noviembre”.
El turismo fue una de las actividades más vapuleadas por la pandemia, y durante este tiempo se mantuvo de la mejor forma posible aferrándose al turismo interno.
Esto, para Monzeglio, generó un redescubrimiento de locaciones como Piriápolis, Colonia, y los destinos termales, a la vez que se suscitaron propuestas como rutas del vino y emprendimientos en zonas rurales.
Si bien esto es algo en lo que seguirá trabajando, ya que en palabras del jerarca “se ha demostrado como un paliativo importantísimo”, también remarcó que de igual forma se debe apuntar a la entrada del exterior de un tipo de turista “que fundamentalmente nos dé seguridades en cuanto a sanidad”.
En relación a esto, Cantera señaló que en Uruguay el sector al que representa “depende en gran medida de los turistas extranjeros”.
Por consiguiente, los diferentes actores del rubro procuran estar listos para poder competir y poner sus negocios de la mejor forma posible. “Estamos muy esperanzados con que podamos empezar a reactivar de a poco”, declaró la entrevistada
A su vez, Monzeglio aseveró que desde el Ministerio se encuentran trabajando arduamente para “que vengan turistas que no pongan en riesgo la salud de nuestra población, esto que ha costado tanto conseguir. Que vengan y disfruten el país, que tengan posibilidades de todo tipo para elegir”, expresó.
Si bien aún no estamos situados en el marco de la temporada estival, ambos consideran que el ingreso de turistas, aunque no es fácil de adelantar en cifras, va ir incrementándose.
La representante de la Cámara de Turismo, en esta misma línea, expresó que a día de hoy “hay buen nivel de consultas y de reservas en general”.
El subsecretario también proyectó que los turistas que lleguen a Uruguay en los próximos meses seguramente lo hagan por un tiempo considerablemente mayor a lo que ocurría previo al 2020, debido a los controles que implica el ingreso.
De todos modos, sopesó que llegar a los números en materia de turismo extranjero que existían prepandemia es tarea difícil, principalmente por los reparos que aún existen a nivel mundial por el covid-19.
Por otra parte, la ejecutiva de la Cámara de Turismo adelantó que, en el futuro cercano, se espera el ingreso de alrededor de unos 100.000 turistas brasileños con motivo de las finales de las Copa Libertadores y la Copa Sudamericana, que tendrán lugar en el Estadio Centenario.
Para el integrante del Ministerio, esto se presentará como “una prueba de fuego”. Asimismo, expresó que significa “una oportunidad para muchos emprendimientos, sobre todo hoteleros, gastronómicos y también de transporte”.
Por otro lado, en concordancia con las disposiciones tomadas por el gobierno, la autoridad perteneciente a la cartera turística se refirió a que “cualquier medida que tome un país, y que sea un poco menos restrictiva que en otros, siempre va a operar como un disparador positivo hacia la decisión de ir a vacacionar allí”.
En relación al tema de la vacunación, Cantera declaró que distintos actores, sobre todo regionales, están consultando a los operadores turísticos por este tema.
En lo que tiene que ver con las tarifas y los precios, aspecto que es de gran relevancia para muchos turistas, ambos entrevistados se mostraron en concordancia con que es un tema que se regula con el libre juego de la oferta y la demanda.
Además de esto, Monzeglio señaló que apela a la transparencia de los locales a la hora de exponer al público sus precios. A su vez, dijo que lo que se recomienda a los turistas es que antes de entrar a un lugar miren los precios que van a pagar y hagan la elección que más se ajusta a su bolsillo.
A propósito de esto, ambas autoridades estuvieron de acuerdo en que, en el afán de todos los operadores de reactivar sus negocios, buscarán controlar sus precios. “Van a tratar de adecuarse para poder captar la mayor demanda posible”, declaró Cantera.
Finalmente, Remo Monzeglio, atendiendo a la posibilidad que se abre de que más uruguayos salgan del país, destacó la figura de los agentes de viaje en la situación actual, e instó a quienes planean viajar a hacer uso de este servicio.
La otra cara de la moneda
Los comercios establecidos en las zonas limítrofes tienen más reparos a la hora de pensar en cómo puede repercutir la inminente reapertura de fronteras
Si bien lo consideran necesario, ya que muchos de ellos tienen una vida laboral y familiar que se podría definir como binacional, les preocupa las consecuencias que esto conllevaría a nivel comercial y económico.
En esta circunstancia, se sitúa como el tema que genera mayor inquietud por la diferencia cambiaria que experimenta el país en relación a Argentina. Según algunos estudios, los precios del país vecino se encuentran, a día de hoy un 67%, en promedio, más baratos que en Uruguay.
Carlos Delfino, quien se desempeña como presidente de la Confederación Empresarial del Uruguay (CEDU), en diálogo con CRÓNICAS se refirió a este fenómeno.
“Se comprobó con la pandemia que millones de dólares se van fuera del país, que no aportan nada. El país no recauda, ni en los comercios de la frontera queda nada; esa es plata que se va”, reafirmó el entrevistado
En consecuencia, actores del sector han trabajado, pandemia mediante, en la delimitación de medidas para paliar los efectos que derivarían de esto.
Ahora que esta instancia se acerca, consideran que no cuentan con las herramientas necesarias para defenderse y continuar por la senda de crecimiento que había experimentado el rubro, originado por el aumento del consumo interno.
Delfino explicó que las medidas que se presentaron desde CEDU iban en la línea de “tratar de remediar de alguna forma, o por lo menos estimular que el uruguayo gaste, o que en las ciudades limítrofes se gaste en el lugar”. Esto es, saber que la plata queda ahí”.
En concordancia con esto, algunas de las propuestas iban dirigidas a la creación de una tarjeta frontera, o a la baja de impuestos como IVA e Imesi, aplicados a los productos.
“Nosotros apuntamos a que es el consumidor el que tiene que ser beneficiado”, afirmó el entrevistado en relación a esto.
A su vez, la visión de los comerciantes fronterizos se centra en una política que sea aplicable en el largo plazo, y toman como referencia el caso del combustible en la frontera con Brasil, dónde se realizan descuentos y ajustes al consumidor teniendo en cuenta la diferencia existente.
En contraposición, explicó Delfino, desde el gobierno se determinó una batería de medidas que implican una reducción de los costos fijos, o de ciertos impuestos, pero aplicados específicamente a las medianas, pequeñas y micro empresas.
Aunque el presidente de la confederación reconoció que son bienvenidas, no dudó en tildarlas como “error de redondeo” y como “imposible de trasladarlas a los artículos”.
Es por esto que desde CEDU el objetivo está puesto en seguir insistiendo en medidas que se ajusten, de manera más concreta, a sus necesidades. Mientras tanto, esperan que el flujo de personas aún no se traduzca en números negativos para los comercios limítrofes, considerando los controles necesarios y las circunstancias mundiales, aunque saben que esto es tan solo cuestión de tiempo.
Por último, Delfino hizo hincapié en la dicotomía existente entre los distintos departamentos del país porque, mientras que para los comerciantes fronterizos la reapertura de fronteras significa un desafío, para las ciudades que atraen turistas implica un beneficio.
“No es para todo el mundo bien o para todo el mundo mal, la realidad depende del lugar”, reflexionó.
La responsabilidad del rubro aduanero
En este contexto, la Dirección Nacional de Aduanas (DNA) se prepara para un aumento de la movilidad, hecho que les compete directamente debido a que los funcionarios aduaneros serán quienes se encargarán de garantizar que las personas que ingresen cuenten con los requisitos necesarios. Por ende, en gran medida, dependerá de ellos asegurar que los turistas extranjeros que entren a Uruguay sean seguros en materia sanitaria.
A pocos días de la reapertura de fronteras, actores de la Asociación de Funcionarios Aduaneros declararon a los medios que esto será tarea difícil, considerando la cantidad de trabajadores que hay en la actualidad en el rubro.
Por otro lado, Marina Cantera, de la Cámara de Turismo, declaró a CRÓNICAS que el papel de este sector es fundamental, sobre todo haciendo referencia a los ingresos que se esperan desde Brasil, en el marco de las finales de la Copa Libertadores y Sudamericana. Cantera dijo que de cara a esos días reforzar este servicio es esencial “para que no se generen pérdidas de tiempo o demoras, ya sea en los puentes, en puerto o en aeropuerto”.
No obstante, en el comunicado expedido por la dependencia del Ministerio de Economía y Finanzas se recalcó que este es un tema que ya está zanjado y se aseguró que se cuentan con los recursos necesarios para cumplir la función que les concierne.
Para esto, los mismos explicaron que se reforzarán las tareas operativas y de control con personal de las oficinas administrativas de las aduanas de todo el país.
A la vez, se actuará en forma coordinada con las demás reparticiones del Estado. Al mismo tiempo, informaron que para fortalecer el control en los pasos de frontera, en casos puntuales, se sumarán a la tarea funcionarios del Grupo de Respuesta de Inteligencia Aduanera.
Desde la DNA también se puso énfasis en que se ha trabajado arduamente para esta reapertura de fronteras, teniendo como objetivo una correcta organización y aprovechamiento tanto de los recursos humanos como materiales.
Por otra parte, en lo referente a las demoras y los tiempos de espera, la Dirección adelantó que se colaborará para la facilitación de los ingresos, sin perjuicio de los controles requeridos en el tránsito fronterizo.