Año a año nacen niños en todos los departamentos del país, cuyos padres biológicos no están en condiciones de criarlos. El Instituto del Niño y el Adolescente de Uruguay (INAU) deposita todos sus esfuerzos en devolverle a esa familia su capacidad de cuidado. Pero cuando no lo logra, los niños terminan en hogares del INAU o en alguna Familia Amiga. Hoy son casi 1.400 niños en Familia Amiga y unos 2.500 en hogares. El vicepresidente del INAU, Fernando Rodríguez, reconoce que estos hogares no son el ámbito más propicio para que los niños permanezcan, a veces años, hasta que se les consiga una solución definitiva. «Creemos que la metodología de hogar debe superarse, porque no es el ámbito adecuado, es muy distante a la vivencia de una familia», dijo en diálogo con CRÓNICAS.
Por Federica Chiarino | @FedeChiarino
En los procesos de adopción mediante el Registro Único de Aspirantes (RUA) del INAU, el tiempo suele ser el mayor enemigo. Una persona o pareja manifiesta su voluntad de adoptar. Luego de un tiempo, el INAU se comunica con ellos para tener una entrevista. Tiempo de valoración y más tiempo para ser aprobados e ingresar al RUA. Pero ingresar es solo el comienzo. El período promedio que lleva a los aspirantes a recorrer este camino es de tres años. Un proceso lento que, según Rodríguez, debe «seguir siendo muy cuidadoso», ya que protege los derechos de los niños. El Instituto tiene la enorme responsabilidad de seleccionar la familia y el hogar en el que ese niño pasará el resto de su vida.
El tiempo pasa para la familia, pero también para los niños. Las demoras en los procesos del INAU son días, meses, años, en los que los niños permanecen en hogares o en una «Familia Amiga»: hogares transitorios que el INAU selecciona para hacerse cargo de los niños entre el tiempo que son retirados de su familia de origen y el que se les asigna una de adopción. Hoy hay casi 1.400 niños en estas familias amigas, pero la mayoría, unos 2.500, permanecen en hogares.
Los hogares que provee el INAU para los niños que, por diversos motivos, deben ser retirados de sus familias de origen, distan de lo que es un hogar familiar tradicional. «Creemos que la metodología de hogar debe superarse, porque no es el ámbito adecuado, es muy distante a la vivencia de una familia», admitió Rodríguez. El objetivo del Instituto es reforzar e incentivar el programa de Familia Amiga para que cada vez sean más los niños que permanecen transitoriamente en ellas, y menos los que van a hogares del INAU.
El paso a paso en el camino de la adopción
El proceso de integración de una familia o padre/madre al Registro Único de Aspirantes para adoptar consta de distintos momentos. Al día de hoy, unas 537 familias recorren este camino, aunque se encuentran en distintas instancias. El primer momento consiste en manifestar su voluntad mediante la web o de forma telefónica. Luego, un representante del Departamento de Adopciones del INAU se pone en contacto con cada uno de los interesados para coordinar una reunión, donde se les informa sobre el proceso, los requisitos legales, técnicos y se profundiza en los aspectos que motivaron su decisión de adoptar. Se evacuan dudas y se entrega un listado de toda la documentación requerida para la inscripción como aspirantes a adoptar.
Finalizada la primera entrevista, los aspirantes podrán inscribirse al RUA luego de presentar la documentación requerida en forma completa. Allí se abre un expediente que llevará como fecha de registro el día en que se realizó la inscripción. Una vez inscriptos, los aspirantes pasan a la etapa de evaluación social y psicológica, a cargo de profesionales especializados del equipo de adopciones del INAU. En caso de cumplir con los requisitos legales y técnicos, continuarán con el proceso, pasando a integrar el Registro Único de Aspirantes (RUA) a la Adopción.
En 2016, 171 familias manifestaron, vía web o teléfono, su voluntad de iniciar el proceso. Luego de la primera entrevista informativa, fueron 126 las que confirmaron su iniciativa de adoptar. Finalmente, al cierre del año fueron 71 los niños que se integraron a familias de adopción. De ellos, 58 casos se dieron en Montevideo, tres en Canelones, uno en Cerro Largo, uno en Lavalleja, cuatro en Maldonado, uno en Paysandú, uno en Rivera, uno en Rocha y uno en Salto.
El año anterior, 2015, fueron 77 los niños dados en adopción; en 2014 fueron 109; y, en 2013, 115. Esta cifra parecería estar registrando una tendencia a la baja. Para Rodríguez, son muchas las variables que inciden en esta tendencia. Las principales: «la cantidad de niños en condiciones de ser adoptados, la cantidad de familias en condiciones de adoptar y los tiempos del proceso». Según el vicepresidente de INAU, el proceso de integración del niño a la familia puede, por ejemplo, comenzar en noviembre y concretarse en febrero. Ese caso, a nivel estadístico, no entra en el balance anual. «El corte normal es un corte arbitrario», explicó.
Hoy el INAU tiene 60 niños en condiciones de ser adoptados. Sin embargo, la última palabra la tiene un juez. El Instituto se encarga de proporcionar toda la información sobre la situación del niño y de su familia de origen, diagnóstico psicológico y social. Con esa información en manos, un juez de familia decide otorgarle o no a cada niño la «condición de adoptabilidad», es decir, lo habilita o no para ser dado en adopción a una familia que finalizó su proceso en el RUA. Una vez dictaminada la orden del juez, el INAU comienza el proceso de búsqueda de compatibilidad entre el niño y las familias aspirantes.
«Estamos esforzándonos en disminuir lo más posible los tiempos entre que la familia confirma que quiere iniciar el proceso de valoración y, efectivamente, lo inicia. Hoy podemos llegar a tener, dentro de las 537 familias que han manifestado su voluntad, algunas que, de repente, se inscribieron en el año 2014. Eso es demasiado tiempo», opinó Rodríguez.
Personal insuficiente
En una nota realizada por el portal Ecos a Paula Villalba, directora de Arte de la Comedia Nacional, la entrevistada contó cómo fue el proceso de adopción de su hijo, que se concretó a fines del año pasado, y su experiencia con el INAU. «Lo único que no viví con agrado fueron los períodos de vacío, de no contacto con la institución, que no me hacían ni una llamada», contó Villalba a Ecos. Consultada sobre el porqué de esos períodos, contestó que el personal de adopciones del INAU no da abasto «para atender la cantidad de gente que hay. Como no es una prioridad de Estado, no está en la agenda ni tiene visibilidad…. No se invierte en contrataciones de asistentes sociales ni psicólogos», dijo.
«Estamos con mucha expectativa, porque esa situación la estamos trascendiendo», afirmó Rodríguez. Contrario a la postura de Villalba, el vicepresidente del INAU aseguró que el tema adopciones sí es una prioridad de Estado. «Cuando nosotros conformamos el programa Familias y Cuidados Parentales, adopciones aparecía como un tema destacado en términos de que es una herramienta válida para garantizar el derecho de vivir en familia», dijo.
Rodríguez afirmó que adopciones se ha incorporado en las cinco líneas estratégicas del INAU y hoy es una prioridad. Sin embargo, opinó que existen dificultades en el Estado para la contratación de personal, «porque muchas veces no se presenta la cantidad de gente que se necesita».
La escasez de personal es una preocupación fundamental para el instituto. «Queremos tener la mayor cantidad de profesionales posibles que se presenten, poder tener sistemas de selección de esos profesionales en las mejores condiciones, estamos caminando en eso», aseguró Rodríguez.
El INAU ha modificado algunas exigencias para la contratación de personal y ha optado por el camino del contrato de obra, «porque los tiempos de concurso abierto público son más largos, implican una serie de tiempos casi inevitables», opinó Rodríguez. Además, contó que el INAU tiene más de 170 concursos abiertos, lo que implica un gran esfuerzo del área de Recursos Humanos. «Estamos incorporando gente, estamos disminuyendo los tiempos y estamos dándole prioridad. El tema Familia, para el cuidado de los niños, es una de las cinco prioridades estratégicas de este Directorio en este período hasta el 2020», dijo.
El INAU ha realizado dos llamados a técnicos, tanto psicólogos como trabajadores sociales, para establecer un contrato de obra. El objetivo es contratar, por ocho meses, equipos que ayuden al Instituto a disminuir esos tiempos largos para las valoraciones de las familias.
«Estamos en procesos de consulta al Tribunal de Cuentas, ya tenemos las personas, los currículum, las entrevistas, ya sabemos quiénes califican para esta tarea, estamos esperando el regreso del trámite del Tribunal de Cuentas y estas ocho personas entran directamente, por ocho meses, a fortalecer el equipo», anunció Rodríguez.
Además hay, actualmente, un llamado abierto para ingreso a la función pública. Éste convoca también a trabajadores sociales o psicólogos, con el objetivo de que el INAU tenga el personal suficiente para que, una vez finalizados los contratos de obra, realicen tareas de forma permanente.
Rodríguez dijo que el 2017 es un año «clave» para el Departamento de Adopciones. Entre sus objetivos, pretenden dotar a esta área de las mejores condiciones para el desarrollo de tareas de evaluación de las familias y casos. Con esto, se pretende «disminuir los tiempos que sean disminuibles, es decir, los tiempos de espera de la familia sin inicio del proceso de valoración».
«Un sistema de garantía»
«Tenemos el desafío, todavía, de ajustar los mecanismos de actuación del sistema para que realmente se transforme en un sistema de garantía», dijo Rodríguez. Desde el año 2013, cuando se creó la ley 19.092, que posiciona al INAU como el organismo competente para otorgar la tenencia de un niño declarado en condición de adoptabilidad por un juez, a una familia integrante del RUA. Sin embargo, existen situaciones en las que, por vía judicial, se otorga la tenencia a una familia por fuera del RUA, en acuerdo con la familia de origen, y sin pasar por el INAU.
Rodríguez distingue la necesidad de que las familias y el sistema institucional uruguayo «depositen confianza en el sistema de adopciones del INAU, crean y tomen conciencia de que lo mejor es adoptar a través de ese sistema». Según el vicepresidente de INAU, el sistema es «bueno», en comparación con los de otras partes del mundo. Está bien pensado y es «un sistema garantista de los derechos del mundo».
El año «clave» para el sistema de adopciones del INAU ya ha comenzado. Los principales desafíos radican en los tiempos del proceso de valoración y la confianza en el sistema. Los esfuerzos del INAU están abocados a generar que el Poder Judicial y la población vean en el RUA un sistema confiable, tanto para el niño como para la familia.
Familia Amiga: el principio del fin de los hogares del INAU
Con el objetivo de hacer más ameno el período de transición de los niños, entre que son separados de su familia de origen y asignados a una de adopción, en 2011 se lanzó el programa Familia Amiga, una alternativa del INAU para que cada vez menos niños permanezcan en los hogares del Instituto, alejados de un ambiente familiar.
El año pasado, este programa se reformuló y se realizó un nuevo llamado a postulantes para Familia Amiga, junto con la creación del área de Familia y Cuidados Parentales. Hoy el INAU cuenta con alrededor de 700 Familias Amigas, que acogen a 1.400 niños.
Según INAU, el programa busca que todo niño, niña y adolescente pueda ejercer su derecho a vivir en familia cuando existen impedimentos para hacerlo con la familia de origen. Se trata de convocar a familias solidarias que reciban en forma transitoria al niño, niña o adolescente hasta que pueda regresar a su familia de origen, o hasta que se encuentre una solución familiar definitiva, a través de una familia inscripta en el Registro Único de Aspirantes a la Adopción (RUA).
El llamado está abierto a toda familia o persona, preferiblemente, de más de 25 años de edad, con disponibilidad de tiempo, espacio y dedicación para cuidar. Sus ingresos económicos deben responder a las necesidades de su propia familia y no pueden estar inscriptos en el RUA. Deben contar con una vivienda en condiciones adecuadas y seguras.
Las familias aspirantes a ser Familia Amiga deberán estar dispuestas a participar en instancias de capacitación; estar abiertas al apoyo, acompañamiento y sugerencias del equipo técnico; y aceptar el posible vínculo entre el niño, niña o adolescente y su familia de origen. Además, deberán ser personas capaces de aceptar la separación del niño o adolescente al momento de su integración a su familia de origen o a una familia adoptiva. Es decir, deberán adoptar la transitoriedad de la situación. El proyecto Familia Amiga es excluyente a acceder a un proceso de adopción.
La Familia Amiga cuenta con un equipo de profesionales que se encargará de proporcionar capacitación y apoyo en la incorporación de habilidades y actitudes que los habiliten a responder a las necesidades de los niños, niñas o adolescentes. Además se les brindará asistencia técnica en aspectos educativos y psicosociales para las diversas fases del acogimiento: selección, capacitación, integración, desarrollo del acogimiento, despedida y evaluación.