Se trata de la precuela de “Salem’s Lot”, y cuenta la historia de una familia del siglo XIX a la que todo el pueblo considera el centro del mal.
Stephen King es el maestro indiscutible del horror en la literatura. Y desde hace ya más de cuarenta años, sus obras han brillado en adaptaciones al cine y la televisión. Chapelwaite es una menos conocida que sus grandes clásicos, pero está conectada con uno de ellos.
Chapelwaite es una precuela de La hora del vampiro (Salem’s Lot, 1979), una miniserie en dos episodios basada en la novela de King, protagonizado por David Soul y James Mason. Aunque en aquella época una producción para televisión tenía menos prestigio que un largometraje, esta adaptación fue todo un furor en su momento.
Se trata, como su año lo indica, de una de las primeras historias del escritor adaptada a la pantalla, justo antes de la ola de versiones cinematográficas de la década del ochenta. Si esta miniserie lograba meter a Stephen King en el gran universo de los vampiros pero en versión moderna, Chapelwaite retoma el universo gótico al cual estas criaturas de la noche pertenecen.
La historia se ambienta en 1850 en Preacher’s Corners, Maine, y su protagonista es Charles Boone (Adrien Brody, ganador del Oscar por El pianista), un capitán de barco que luego de que su mujer muriera en el mar va con sus hijos a instalarse en una casa que pertenece a sus antepasados. Pero hay en ese lugar una historia trágica cargada de violencia y todos en el pueblo piensan que sus habitantes estaban malditos, por lo que la llegada de Charles Boone y su familia es recibida como una mala señal, como el regreso mismo del mal.
La miniserie de diez episodios estrenada en HBO Max es un ejemplo perfecto de horror gótico y tiene todos los ingredientes necesarios del género. Una casa con maderas crujientes, un crimen espantoso, cuadros de familiares siniestros en las paredes, un pueblo aterrado que se deja llevar por la intolerancia, un protagonista que debe luchar contra sus propios demonios y al mismo tiempo proteger a su familia. La luz, la banda sonora y algunos momentos de verdadero terror la convierten en una bienvenida historia de terror del siglo XIX.
Quienes hayan visto la miniserie de 1979 ya sabrán hacia dónde va la serie con el correr de los episodios, para los demás será un camino para descubrir. Hubo otras versiones del mismo libro pero ninguna como la primera. Esta precuela está a la altura, aunque con un presupuesto mucho mayor, propio de las producciones actuales. Una serie más en la larga lista de buenas adaptaciones de Stephen King.