Luego de analizar el contexto económico global, regional y local, el directorio del Banco Central del Uruguay (BCU) resolvió mantener sin cambios la Tasa de Política Monetaria (TPM), haciendo un balance entre la actual situación económica y las expectativas de inflación. En las minutas –actas– de la reunión, se constata que la entidad cree que “se mantiene el riesgo que los actuales niveles de expectativas se materialicen a través de los mecanismos indexatorios existentes en la formación de precios y salarios”.
El análisis de la coyuntura internacional no cambió demasiado respecto al realizado en la reunión anterior del Copom (abril), afirmando que se trata de “un escenario heterogéneo”. Por un lado, están los riesgos de enlentecimiento del crecimiento de la actividad económica y de la inestabilidad financiera. Del otro, la inflación continúa con su lenta evolución a la baja en el marco de la estabilidad de precios de los commodities en niveles prepandemia.
En este contexto, si bien la Fed aumentó la tasa de interés en su última reunión, dio señales de que no habrá nuevas subas en el corto plazo, y el mercado espera que se inicie un ciclo de recortes de tasa a partir de setiembre, ya que “entiende que la curva de rendimientos actualmente invertida representa un riesgo de mayor desaceleración e incluso de recesión”. El Copom valora que este desfasaje entre las expectativas del mercado y la Fed, valoriza los activos y reduce los costos de financiamiento para los países emergentes, pero representa “un riesgo de corrección abrupta en los precios de los activos”.
En cuanto a la región, se espera una desaceleración de la economía de Brasil en los próximos meses, aunque destaca que el nuevo marco fiscal presentado por el gobierno generó una mejora en la confianza de los inversores, apreciando los activos. Por su parte, la situación económica de Argentina sigue siendo “delicada”. “La caída de las exportaciones provocó una caída de la recaudación y consecuentemente una mayor necesidad de financiamiento, en un marco de inflación por encima del 100% interanual y restricciones para la sostenibilidad de la deuda en pesos”, señalan las minutas.
“Foco de atención y análisis”
Con este telón de fondo, el BCU espera que la economía de Uruguay haya crecido en el primer trimestre del año, pero no así en el segundo, que se vería afectado por el shock de oferta de producción como consecuencia de la sequía.
En el mercado de trabajo se constataron aumentos tanto del empleo como de la tasa de actividad respecto al trimestre previo.
En materia de inflación, y ya ingresando en el análisis de la política monetaria, se destaca el “leve incremento” de la inflación en abril (7,61%) respecto a marzo, debido principalmente al precio de frutas y verduras, que fue compensado parcialmente por la moderación de los precios de alimentos y combustibles. Por su parte, la inflación subyacente (que excluye precios volátiles y algunos administrados) se mantuvo estable en 6,22%, uno de los niveles más bajos en los últimos cinco años y cercano al techo del rango meta.
En cuanto a las expectativas, el promedio de los tres indicadores utilizados se mantuvo estable en 7,24% para el horizonte de 24 meses, manteniéndose por encima del techo del rango meta, lo que constituye un “foco de atención y análisis” para el Copom.
Por su parte, el crédito en moneda nacional continuó mostrando dinamismo, impulsado por el crédito al consumo, mientras que el segmento a empresas se redujo en términos reales y se mantuvo estable medido en tendencia ciclo. El crédito en moneda extranjera continuó con su tendencia creciente.
En cuanto al tipo de cambio, el peso se apreció 0,8% al igual que otras monedas de la región, mientras el índice del dólar global se debilitó.
Esperando la carroza
Considerando ese análisis, fue que el Copom resolvió mantener la TPM en 11,25%, un nivel considerado consistente con una política monetaria contractiva. Además, en la misma línea que en reuniones anteriores, no aventuró una dirección futura para la tasa, explicando que los futuros movimientos en la misma estarán condicionados por la evolución de las variables analizadas.
“El Directorio del BCU valoró la estabilidad de las expectativas de inflación y las señales positivas que existen en su tendencia en determinadas mediciones. No obstante, consideró que se mantiene el riesgo de que los actuales niveles de expectativas se materialicen a través de los mecanismos indexatorios existentes en la formación de precios y salarios. En ese sentido, espera la interiorización del objetivo de inflación en la formación de precios y salarios, elemento clave para la convergencia de la inflación y las expectativas de inflación al rango meta”, señalan las minutas.
La decisión del BCU de mantener la tasa se tomó por mayoría. El director en representación del Frente Amplio, Ignacio Berti, votó en contra por entender que “sería conveniente” que la tasa continuara con su proceso descendente para dinamizar la actividad económica.