Una mejor perspectiva fiscal, que de continuar puede estabilizar los índices de deuda pública, y un crecimiento económico sólido y resiliente a los shocks externos, fueron los elementos valorados por la agencia DBRS Morningstar para aumentar la nota de la deuda uruguaya a un escalón por encima de grado inversor, con perspectiva estable. La directora de Política Económica del Ministerio de Economía, Marcela Bensión, destacó que la decisión representa “una muestra de confianza” y constituye “un beneficio para toda la sociedad uruguaya, las empresas y los ciudadanos”.
La agencia calificadora de origen canadiense DBRS Morningstar, elevó la nota de la deuda soberana uruguaya en moneda extranjera a BBB, desde BBB (low), ubicándola un escalón por encima del mínimo de grado inversor.
De acuerdo al comunicado publicado por la empresa, la actualización de la nota se sustenta en que la perspectiva fiscal del país mejoró sustancialmente “debido a los esfuerzos de consolidación fiscal y las mejoras institucionales en el marco presupuestario”. Se detalla que el déficit fiscal del gobierno central (sin incluir las transferencias de la ley de “cincuentones”) se redujo del 5,8% en 2020 al 4,3% en 2021, y se espera que este año caiga al 3,1%. Asimismo, recuerda que el gobierno prevé que el déficit se reduzca al 2,1% del PIB en 2026, lo cual “debería ser suficiente para estabilizar los índices de deuda pública”. Además, destaca que, de concretarse la reforma de la seguridad social, podría contribuir a aliviar las presiones de gasto a mediano plazo relacionadas con el envejecimiento de la población.
La agencia también resalta el “crecimiento sólido y generalizado” de la economía uruguaya durante la primera mitad del año, con fuerte aumento de la inversión (vinculada a la construcción de la planta de UPM 2), la recuperación del consumo, y del empuje del sector exportador, que “se benefició de los altos precios y la sólida demanda mundial de productos agrícolas”. En tal sentido, si bien se espera una desaceleración de la actividad, aún se mantendría “un impulso sólido” en la segunda mitad del año y en 2023. El comunicado cita que el FMI proyecta un crecimiento de 5,3% para 2022 y de 3,6% para 2023.
En el documento se enfatiza que la calificación de BBB “equilibra” la formulación de políticas macroeconómicas predecibles y las sólidas instituciones del país, con un modesto nivel de productividad, un sistema financiero parcialmente dolarizado y una profundidad financiera limitada. Asimismo, la tendencia estable refleja que los riesgos “están ampliamente equilibrados”.
Si bien se advierte por un entorno global “menos favorable”, con menor demanda externa y condiciones financieras más restrictivas, se resalta que “las amplias reservas de divisas, la gestión conservadora de la deuda pública y la sólida regulación del sistema bancario refuerzan las defensas de la economía frente a posibles shocks”.
Entre los elementos que podrían aumentar la calificación de Uruguay a futuro, DBRS menciona la continuidad de la consolidación fiscal que permita que el índice de deuda pública se encamine en una trayectoria a la baja en el mediano plazo, y que se logren mayores niveles de inversión que impulsen las perspectivas de crecimiento.
Por el contrario, las calificaciones de Uruguay podrían bajar si hay una reversión sostenida en la trayectoria fiscal, o si se erosionan las defensas externas, debilitando la resiliencia del país a shocks adversos.
Beneficios para todos
La directora de Política Económica del Ministerio de Economía y Finanzas, Marcela Bensión, destacó que la mejora en la calificación de Uruguay representa “una muestra de confianza en la política económica del país”. En declaraciones realizadas al canal de comunicación de Presidencia, comentó que no se trata solo de un reconocimiento al gobierno y su política económica, sino que constituye “un beneficio para toda la sociedad uruguaya, las empresas y los ciudadanos”. Argumentó que la mejor calificación permite acceder a menores costos de financiamiento al gobierno y las empresas y, en consecuencia, habilita a una mayor reasignación de recursos hacia gasto público social.
Asimismo, remarcó que también le genera “un mayor atractivo al país” fundamentalmente para la inversión extranjera, pero también la local, porque otorga certezas a los inversores, lo que “a la larga, genera puestos de trabajo”.
Bensión recordó que es el tercer incremento en la calidad crediticia logrado por Uruguay en el último año, por lo cual “no es una decisión aislada”. En octubre, la calificadora japonesa R&I había elevado la nota a BBB+, el máximo nivel de nota crediticia alcanzado por la deuda pública uruguaya en su historia.
No obstante, subrayó que desde el gobierno “somos optimistas de que, en la medida que el país muestre seriedad y compromiso, se pueda seguir mejorando la calidad crediticia”.