La conflictividad laboral en el primer semestre de 2022 tuvo un incremento del 45% con relación al mismo período del año pasado, según el informe que habitualmente elabora el Departamento de Estudios Organizacionales de la Universidad Católica (UCU).
Entre el 1º de enero y el 30 de junio se registraron 61 conflictos con interrupción de actividades de los cuales uno fue un paro general (el 8 de marzo, de 24 horas, por la derogación de 135 artículos de la LUC), establece el informe.
En cuatro de ellos hubo ocupaciones de los lugares de trabajo.
En total, por estos conflictos se perdieron 413.462 jornadas laborables, involucrándose en los mismos 573.576 trabajadores.
En un análisis más pormenorizado, en lo que va de 2022 se observan dos momentos que destacan. Primero en marzo, con un aumento importante de la conflictividad global debido al paro general del día 8 ya mencionado, y luego junio, con un incremento de la conflictividad sectorial.
En el pasado mes de junio hubo 13 conflictos con paros, incluso más de un paro en alguno de ellos, como en el caso de la industria láctea o la banca.
Nuevamente la construcción fue la rama que presentó la mayor conflictividad sectorial –sin considerar el paro general- y representó el 43% de la misma.
A su vez, los reclamos por salarios explicaron el 40% de la conflictividad sectorial, aunque en cifras similares se ubicaron los conflictos por mejores condiciones de trabajo (36%).