La Reserva Federal (Fed) estadounidense concretó el séptimo aumento consecutivo de su tasa de interés, llevándola a un rango de entre 4,25% y 4,5%, lo que implica su mayor nivel desde 2007, cuando emergía la crisis financiera. No obstante, el banco central redujo el ritmo del aumento respecto a reuniones anteriores, dejando en claro que le preocupa la evolución de la situación macroeconómica.
Tras cuatro aumentos de 75 puntos básicos, la Fed resolvió continuar con las subas, pero reducir el ritmo de aumentos a 50 puntos básicos. De esta forma, el banco central continúa con su política de elevar la tasa de interés para intentar bajar los niveles de inflación, pero modera el ritmo para evitar un freno abrupto de la economía.
Con el nuevo aumento, el séptimo consecutivo, la tasa de interés se posicionó en el rango del 4,25% a 4,5%, lo que la ubica en un máximo desde 2007, cuando la crisis financiera comenzaba a emerger en el mercado hipotecario, obligando a los bancos centrales a actuar de forma drástica.
La evolución de la situación macroeconómica será clave para definir la evolución futura de la tasa de interés, y así lo dejó claro la Fed en su comunicado. “El comité tendrá en cuenta el endurecimiento acumulativo de la política monetaria y su reflejo en la actividad económica y la inflación». Asimismo, agrega que “el Comité continuará monitoreando las implicaciones de la información entrante para el panorama económico».
Aun así, se deja en claro que sería deseable continuar subiendo la tasa de interés durante las próximas reuniones, puesto que “la inflación sigue siendo elevada, reflejando desequilibrios de oferta y demanda relacionados con la pandemia, con mayores precios energéticos y de los alimentos y amplias presiones de precios”. Nuevos incrementos “serán apropiados”, precisó el organismo en su comunicado.
Mientras en setiembre se proyectaba un nivel de tasas en 4,6% para el final del ciclo alcista, ahora el banco central maneja niveles superiores a 5%.
Por otra parte, la Fed anunció que “continuará reduciendo sus posiciones en valores del Tesoro, deuda de empresas y otros activos”, en línea con el resto de planes para reducir el balance de la Fed que ya se conocen desde mayo. Todos los miembros de la Fed han votado unánimemente a favor de las medidas planteadas en esta reunión.
Inflación da tregua
La decisión de la Fed se toma luego de conocidos los datos de inflación correspondientes a noviembre, que ubicaron el IPC en un nivel anualizado de 7,1%, dos décimas por debajo de lo esperado y confirmando una importante relajación en la subida generalizada de los precios. Se trata del quinto descenso consecutivo.
También mostró un descenso la inflación tendencial o subyacente (que excluye los rubros más volátiles por lo que brinda información más fiel sobre la dinámica de fondo del sistema de precios), que bajó del 6,3% al 6%. Este buen dato es clave para ver cuáles serán los planes de la Fed a medio plazo, pues el objetivo de sus alzas de tasas es tener bajo control la inflación.
La Fed, así como otros bancos centrales, incluido el de Uruguay, atraviesan por un fuerte debate respecto a qué rumbo debe tomar la política económica. En el caso de EEUU, la discusión se da entre quienes entienden necesario relajar el ritmo de aumentos, puesto que la inflación comienza a dar tregua, o quienes creen que se debe continuar elevando para evitar que vuelva a generarse un espiral inflacionario.