Dinamismo de exportaciones e inversionesSi bien el consumo interno aumentó, el principal crecimiento fue hacia afuera, impulsado por el dinamismo exportador de los productos de base agropecuaria. En ese récord, en la cifra de exportaciones de la agroindustria fueron determinantes los niveles de precios de los productos agropecuarios de la década 2005-2014. En particular los superprecios agrícolas determinaron un récord del área de siembra de los principales cultivos -principalmente por expansión de la superficie de soja-, que incrementaron las exportaciones por el lado tanto de la cantidad como del precio. El proceso de crecimiento estuvo sostenido por un aumento importante de las tasas de inversiones de la década, que posibilitaron acumular stock de capital y lograr incrementos de productividad. A partir de 2004 las inversiones alcanzaron una década de incremento significativo, luego de haber descendido más de 40% en el período 1998-2003. En particular, se destacó la captación de inversión extranjera directa que ubicó a Uruguay segundo en la región por porcentaje del PIB que representa, luego de Chile. En el comportamiento de las inversiones fue decisiva la rentabilidad esperada, con una contribución positiva de los incentivos impositivos y el financiamiento disponible. Incidieron en el dinamismo inversor las inversiones en equipamiento agrícola, en energía eólica y en las plantas de celulosa.Incentivos y financiamiento adecuadosDesde 2007 se dispone de un efectivo marco de aplicación de la Ley de promoción de inversiones, que requiere la presentación del proyecto a la Comap. El régimen, que tuvo modificaciones en 2012, otorga beneficios tributarios de acuerdo con una matriz que incluye la generación de exportaciones, empleos, descentralización geográfica, innovación y tecnologías más limpias, entre otros indicadores. Entendemos que este instrumento ha sido clave para disminuir las tasas efectivas de los impuestos empresariales y para promover las inversiones privadas. En este sentido, informes de evaluación sobre los incentivos tributarios a las inversiones muestran que el mecanismo logró aumentar inversiones, exportaciones y empleos de las empresas que lo utilizaron. Además, desde 2006, la creación de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) permite disponer de subsidios específicos para la innovación empresarial en productos, procesos u organización. Desarrolló varios instrumentos para potenciar la innovación, incluyendo programas para la validación de ideas de negocio e implementación de la innovación, así como para la innovación con potencial de expansión internacional. Por su parte, Uruguay XXI también implementó instrumentos para promover la exportación de tecnologías de la información, estudios de mercado o giras comerciales para la internacionalización y diversificación de exportaciones de bienes y servicios. Con relación al financiamiento, desde 2007, impulsado por las tasas de crecimiento de la economía, el crédito bancario en general mejoró en cuanto a su acceso y condiciones de tasas y plazos. En la década se contó con el mecanismo de Licitación de Proyectos del BROU y con la mejora de la oferta de las instituciones privadas. Esto permitió mayores plazos para el repago de los préstamos y períodos de gracia, además de costo financiero adecuado por las tasas bajas de interés internacional.Una parte del crecimiento de Uruguay durante la última década se debió a un favorable contexto externo que posibilitó un gran dinamismo exportador y de inversiones.
Oportunidades de mejoraPara consolidar el crecimiento y desarrollo, además de mantener un marco jurídico y económico estable, se requiere recuperar la competitividad perdida. Hay debilidades en temas de logística e infraestructura que ubican a Uruguay fuera de las primeras posiciones de la región en el índice de desempeño logístico que elabora el Banco Mundial. Asimismo, diferentes relevamientos a los empresarios uruguayos mencionan también como debilidades la inserción internacional y los altos costos de combustibles, energía eléctrica y salarios, que ahora se moderarían con las nuevas pautas. Continúan las dificultades de financiación para las pymes y empresas que inician operaciones, no obstante el sistema de garantías para empresas (SIGA) desarrollado para las pequeñas empresas. Por otra parte, si bien aumentó la emisión de obligaciones negociables y fideicomisos financieros, nuestro país -a pesar de los beneficios tributarios previstos y de la mejora del marco regulatorio de las inversiones financieras- continúa con un reducido desarrollo de su mercado de capitales, clave para el financiamiento a largo plazo. Uruguay está en las últimas ubicaciones de la región en el volumen de mercado de capitales respecto del PIB.Desafíos para las empresasPara aprovechar las oportunidades que brinda un escenario más globalizado y tecnológico, en los próximos años las empresas uruguayas deberán incrementar su internacionalización e innovación. Deberán innovar no solo en productos, sino también en procesos y organización que les permitan ser más eficientes en sus operaciones. Para mejorar la gestión de la innovación deberán conocer más al mercado para generar productos o modelos de negocios nuevos y fomentar un ambiente interno que promueva la cultura de la iniciativa, así como incorporar innovación externa con los aportes de la academia y socios estratégicos. En el caso de la internacionalización, la empresa deberá desarrollar una capacidad competitiva diferencial para los países de destino y ser eficiente en términos globales. Para encarar el desafío de internacionalizarse las empresas deberán incrementar su asociatividad con instrumentos como los consorcios de exportación y aprovechar más los mecanismos de fomento que existen. Para los próximos años entendemos que la innovación e internacionalización pueden ser estrategias claves para mitigar dificultades de competitividad macroeconómica. Con contextos económicos menos favorables la sustentabilidad de las empresas en los próximos años dependerá de su capacidad de adaptación rápida a los nuevos escenarios.Para consolidar el crecimiento y desarrollo, además de mantener un marco jurídico y económico estable, se requiere recuperar la competitividad perdida.
(*)Darío Andrioli, Contador Público, Universidad de la República. Diploma de Especialización Programa Desarrollo en Dirección PMD, ESADE Barcelona. Socio Director de CARLE & ANDRIOLI, firma miembro independiente de Geneva Group International. Consultor en finanzas corporativas, Asesor de Dirección de Empresas y Profesor de Universidad ORT.