El experto señaló que con la llegada de la pandemia se pudo apreciar la fragilidad de las cadenas logísticas. “Uno de los miedos -y hoy sigue pasando con la crisis de los contenedores- es quedarse sin abastecimientos de mercaderías, de materias primas”, reconoció.Por esta razón, “todos los lugares donde puedan hacerse stocks de mercadería más cerca y con exoneraciones tributarias van a estar mucho más presentes de aquí en adelante”, pronosticó, y añadió: “Uruguay puede ofrecer todo eso”.Olaizola entiende que Uruguay ha hecho mucho por dar a conocer estas ventajas cada vez que el gobierno o las empresas salen a buscar inversores en el exterior, pero aún queda mucho por hacer.Para el ejecutivo, se deben aprovechar los tiempos presentes para mostrar el país a empresarios chinos como un buen lugar de inversión y a la región como un “pulmón de mercaderías del cual echar mano rápidamente”.En esta línea, manifestó que la industria uruguaya -sobre todo la de orden agrícola- al exportar a China ha estado compitiendo con países como Australia y Nueva Zelanda que, apartando la ventaja de la cercanía geográfica, ya tienen acuerdos de libre comercio con el gigante asiático. Por tanto, que Uruguay dejara de pagar los aranceles que hoy destina a China lo ubicaría en una posición definitivamente más competitiva.Asimismo, el aumento de cargas de exportación tiene impacto en la compra de cargas pequeñas a la nación asiática, porque las abarata y salen favorecidas muchas empresas de la actividad logística, así como los importadores uruguayos. Y al final de la cadena está el consumidor uruguayo, que siente un abaratamiento en su consumo.Sin embargo, Olaizola clarificó que “cuando se produce un acuerdo comercial hay algunos sectores de la industria nacional que se pueden ver afectados (...) No me gustaría parecer proteccionista, sino ayudar a los sectores más vulnerables para que puedan atravesar la transición con herramientas adecuadas”, sostuvo, refiriéndose a algunos segmentos que pueden sentir un mayor impacto, como es el caso del rubro vestimenta y calzado, del sector de mobiliario y de juguetería.“Estamos lejos pero nos prefieren por calidad. Nos podemos volver más competitivos al no tener que pagar aranceles”, señaló el ejecutivo.