Marcos Soto, contador y decano de la UCU Business School
De cara a la elaboración de la Ley de Presupuesto, Marcos Soto considera que la tasa consular debería ser parte de una reducción y que esa es una de las expectativas en cuanto a la “madre de toda la gestión”. En entrevista con CRÓNICAS, Soto dijo que “siempre” la creación de nuevos tributos es “desaconsejada”, pero, en lo que refiere a la propuesta de gravar al 1% más rico, subrayó que es una discusión que “se puede dar” dentro de un impuesto que ya está creado. A su vez, agregó que “alguna” modificación tributaria deberá aparecer en el Presupuesto, dada la situación “comprometida” de las cuentas públicas.
-¿Qué destaca y qué critica de estos primeros meses de gobierno en materia económica?
-En materia económica todavía se ha visto poco. La gestión recién comienza, pero la madre de toda la gestión es la Ley de Presupuesto, que es la expectativa que se va a develar en las próximas semanas. De cualquier modo, creo que hay puntos fuertes, como la intención de levantar algún tipo de trámites y de simplificar procesos, en la búsqueda de agilizar la gestión comercial a nivel internacional. Esto es un aspecto para destacar de forma positiva. Siempre los mensajes de transmisión de confianza y de seriedad son relevantes y logran generar un estado de calma, sobre todo en los mercados, que en Uruguay es muy relevante porque termina incidiendo en el riesgo país y en los intereses que terminamos pagando de deudas. Los mensajes de estabilidad y de cuidado de las cuentas públicas siempre son relevantes. Además, el sector externo todavía mantiene dinamismo y eso es un dato importante. Las exportaciones continúan con crecimiento y eso genera aspectos positivos. Y dentro de esto, está el mantener la inflación bajo control. Se ha empezado a reducir la tasa de referencia del BCU y la inflación continúa en niveles históricamente bajos. Esto dota de tranquilidad a los agentes y al propio gobierno, generando expectativas de poder sostener estos niveles bajos de inflación, lo que también tiene la contracara de que posiblemente haya incrementos reales en algunas variables que pueden generar algunos sobrecostos.
-¿El gran desafío del país está en alcanzar mayores niveles de crecimiento?
-La expectativa está en que este país vuelva a crecer de forma vigorosa, para generar riqueza y que eso genere mayor bienestar en la sociedad. Para ello debemos incrementar los niveles de productividad y competitividad. Y cuando hablamos de competitividad, debemos entender cómo el dólar sigue desinflado y muy bajo, lo que puede generar algún tipo de encarecimiento relativo de Uruguay, sobre todo con vecinos inestables, con Brasil que ha acelerado su devaluación este año y lo deja a contrapedal a Uruguay. Frente a una variable tan importante como es el dólar, que puede afectar tanto a nuestra capacidad de competir, tenemos que buscar mecanismos para ser mucho más productivos y competitivos. En ese marco y con esa orientación fueron las medidas que anunció el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), que apuntan a una mayor competitividad para algunos sectores, pero falta muchísimo. La discusión de la política tributaria siempre debe darse.
-¿Hacia qué lado debería haber profundizado el MEF en la desregulación? ¿Piensa en la tasa consular, por ejemplo?
-Sí. Siempre se puede hacer más. La tasa consular debería ser parte de una reducción y esa es la expectativa que hay para el presupuesto. En todos sus términos recauda unos US$ 350 millones aproximadamente y no es despreciable esa recaudación. Cuando se utilizan instrumentos tributarios inadecuados, está el aspecto perverso de que uno pasa a depender de esa recaudación, que indudablemente tiene un error de diseño grueso que en algún momento hay que solucionar. Pero ¿cuándo se soluciona eso?, porque nunca es el momento adecuado de resignar US$ 350 millones por año. En algún momento hay que hacerlo y creo que sería algo bueno. Lo que ocurre es que por otro lado tenemos un deterioro permanente y significativo de las cuentas públicas. Ya en 2017 cuando la Rendición de Cuentas incluyó el incremento de la tasa consular del 3% al 5%, delegaba en el Ejecutivo la posibilidad de ir reduciéndolo en 0,5% todos los años, y eso no pasó en ninguno de los últimos gobiernos. No hay nada más alejado de una tasa que la tasa consular. Las tasas son el pago de un monto a cambio de un servicio, que tiene un valor acorde. La tasa consular es un porcentaje de algo que el contribuyente no recibe ni percibe a cambio.
-¿Qué opina de las modificaciones tributarias que pueda incluir el MEF en el presupuesto? Se habló de gravar las ganancias de capital de uruguayos en el extranjero, por ejemplo.
-Antes de pensar en un nuevo impuesto se deben tener en cuenta los instrumentos vigentes y si estos están al servicio de los objetivos que se pueden llegar a plantear con un nuevo impuesto. Por lo tanto, a efectos de simplificar y que sea un sistema no confuso y eficiente, siempre la creación de nuevos tributos es desaconsejada. Cuando se habla de gravar al 1% más rico de la población, lo que se está queriendo decir es que se incremente el Impuesto al Patrimonio a las personas físicas, que hoy está en tasas moderadamente bajas y que el país ya tuvo, en otros momentos de su historia, tasas más elevadas. En un período de la historia, sobre todo del 2007 a esta parte, se creyó que el Impuesto al Patrimonio era una tasa que simplemente funcionaba como control a la renta, ahora se puede suponer que, además, puede cumplir una función recaudatoria, incrementando un poco las tasas a las franjas superiores. Esto es una discusión que se puede dar, dentro de un impuesto que ya está creado. Lo mismo sucede con el incremento o la ampliación de las rentas por los depósitos en el exterior. Es un impuesto que ya existe desde el 2011, hoy los uruguayos que tienen depósitos o rentas mobiliarias en el exterior deben pagar un 12% sobre sus rentas y de lo que se habla es de incrementar esa base de imposición y que no sean únicamente intereses y dividendos, sino también de incrementos patrimoniales. Frente a la dicotomía de qué gravar, si al 1% más rico o a estos depósitos en el exterior, tengamos en cuenta que aquellos que tienen depósitos en el exterior, no tienen por qué tener un patrimonio extremadamente holgado, como sí lo puede tener el 1%. A la vez, la contra que tiene gravar al 1% vía patrimonio es que muchas veces el patrimonio no es líquido. Son discusiones válidas en el instrumento de la política tributaria, que hay que darlas y entenderlas. Y es importante entender esto, porque alguna modificación tributaria deberá aparecer, bajo el entendido de que las cuentas públicas están muy comprometidas. El déficit se agrava de forma sistemática y esto genera el problema de que, si bien hoy es administrable, cuanto más déficit haya, habrá más deuda y, con ello, más intereses. En definitiva, alguna modificación debería surgir, que, por supuesto, no le gusta a nadie, pero creo que la administración pública y los uruguayos con su Estado, estamos viviendo por encima de nuestras posibilidades y eso se refleja en el déficit, que es consistente a lo largo del tiempo.
-¿Ve una puja interna en el Ejecutivo a la hora de establecer cuáles son las prioridades de cara al presupuesto?
-Todavía no se percibe. Es verdad que todavía no se ha presentado el presupuesto y no aparecen los detalles de las iniciativas, con la distribución de los recursos, que es donde se puede generar mayor discusión. Por ahora esa puja no se percibe, pero en un ejercicio saludable de la democracia, no hay que descartarlo. Siempre habrá que entender el tenor de esa discusión e intercambio, porque aquí no hay verdades absolutas y verdades reveladas. Acá se trata de gestionar un país y elaborar y ejecutar políticas públicas con recursos que son escasos. Y en esa realidad de recursos escasos, los tironeos son frecuentes y esperados; habrá que ver cómo eso se termina gestionando. Habrá fundamentos, posiciones mejor o peor argumentadas y más o menos urgencias en determinados sectores, y también está la nobleza de quienes pujan por sectores que tradicionalmente han sido postergados, por no tener una voz fuerte en los estamentos decisorios.
“A través de la inversión, el país creció en el período 2005-2015”
-¿Considera que todo el partido de gobierno es consciente de la importancia que tiene atraer inversiones, como lo manifestó Gabriel Oddone en abril?
-Son situaciones que las entiendo laudadas, porque el partido de gobierno es un partido que ya estuvo 15 años gobernando y que, a través de la inversión, fue que el país creció en el período 2005-2015, con la promoción de inversiones y el diseño de incentivos. Fueron inversiones no especulativas, productivas y genuinas, que generaron empleo y riqueza en el país. Y eso, al menos desde mi percepción, está bastante laudado.
“Es incipiente el movimiento en la agenda internacional, todavía sin un rumbo claro, abierto y público”
-¿Cómo ve la política internacional de este gobierno y sus primeros movimientos? ¿Qué entiende que se debe tener en cuenta en este apartado?
-Me gustaría que hubiera una definición clara de la estrategia a seguir, que debe ser abierta y pública, porque Uruguay es un país de dimensiones pequeñas, de poca incidencia a nivel geoconómico y geopolítico, y precisamos salir al mundo. La forma de hacerlo es viajando y contactando. Y esto se debe hacer a alto nivel, lo debe hacer el presidente de la República, el canciller y el ministro de Economía. Tiene que haber una agenda abierta, pública, programada y planificada, donde se diga exactamente lo que el gobierno pretende y si pretende, por ejemplo, profundizar vínculos con países asiáticos, donde está India, Indonesia, China o Vietnam, países súper dinámicos desde el punto de vista económico y demográfico, donde Uruguay tiene perfiles productivos complementarios. Con muchos de ellos todavía no tenemos un intercambio fluido desde el punto de vista comercial, por la simple razón de no lograr aceitar mecanismos de intercambio que exceden cualquier tipo de política arancelaria.
Es incipiente el movimiento en la agenda internacional, todavía sin un rumbo claro, abierto y público en cuanto a la agenda que va a tener el gobierno, pero ha habido, al menos, movimientos del propio presidente, que fue a España, a la Cumbre del Mercosur y de los Brics, lo que marca una cierta intención de apertura.