El BCU identificó algunos factores que podrían estabilizar la inflación o incluso bajarla, vinculados a la evolución del dólar, efectos de comparación y las ganancias de credibilidad alcanzadas. Sin embargo, se advierte que aún persisten riesgos al alza que dependerán de la incertidumbre global latente y la resolución de negociaciones salariales. Si bien se interpreta que las pautas del Poder Ejecutivo son consistentes con la meta de inflación, “aún resta esperar el resultado de las negociaciones dado que, de suscribirse acuerdos superiores a las pautas, esto afectaría la proyección de inflación del escenario base”.
El Banco Central del Uruguay (BCU) difundió las minutas de su última reunión del Comité de Política Monetaria (Copom) realizada el pasado 19 de agosto, en la que decidió realizar un recorte de tasas de interés de 25 puntos básicos (pb), llevándola al rango de 8,25%. En estas actas se realiza un análisis del contexto económico internacional, regional y local que las autoridades del banco tuvieron en consideración para tomar la decisión.
Al evaluar el escenario internacional, se menciona que las perspectivas para la actividad económica global mejoraron levemente respecto a la evidenciada en la reunión del Copom de julio, aunque el entorno sigue siendo incierto. Si bien el vencimiento de la tregua anunciada en abril reactivó las tensiones comerciales entre EEUU y sus socios, en algunos casos se alcanzaron algunos acuerdos y, en otros, se extendieron los plazos de negociación. En este marco, los mercados financieros globales han tenido un desempeño favorable, con crecimiento de los índices bursátiles y compresión de tasas de rendimiento a medida que se han disipado algunos riesgos para la economía global.
El dólar a nivel global se mantuvo relativamente estable, con una depreciación de aproximadamente 10% en lo que va del año, mientras que los precios de las materias primas -particularmente el petróleo- continúan con un sesgo a la baja. En ese sentido, la inflación global ha continuado su descenso y la mayoría de los bancos centrales han profundizado sus ciclos de reducción de tasa de interés.
Sin embargo, se advierte que en EEUU las renovadas tensiones comerciales y el sesgo expansivo de la política fiscal suponen riesgos al alza para la inflación y sus expectativas. En este escenario, la Reserva Federal (Fed) estadounidense mantuvo sin cambios la tasa de referencia en su última reunión, pero el reciente deterioro de los indicadores del mercado laboral aumentó significativamente la probabilidad de un recorte de 25 pb en la próxima reunión de setiembre. “Según la curva implícita del mercado, se prevén dos recortes adicionales antes de fin de año”, añaden las minutas.
La región
En lo que respecta a nuestros vecinos, se observa una moderación en el crecimiento y una mejora en las perspectivas de inflación, pero “persisten desafíos macroeconómicos relevantes”. Brasil comienza a mostrar una moderación en el ritmo de crecimiento, en línea con lo previsto, debido al menor impulso del sector agropecuario, condiciones financieras más exigentes y un entorno externo menos favorable. La inflación sigue desacelerándose, aunque permanece por encima del rango de tolerancia y las expectativas se mantienen elevadas, lo que llevó al BCB a mantener la tasa Selic con perspectivas de estabilidad. Al otro lado, Argentina muestra señales de enfriamiento tras el dinamismo del primer trimestre, en un contexto de mayor volatilidad financiera. No obstante, la inflación se mantuvo contenida en julio, sin reflejar aún impactos significativos de la reciente suba del dólar.
Economía local
En cuanto al contexto interno, el BCU destacó que la inflación anualizada se ubicó en línea con el objetivo, acumulando cuatro meses consecutivos de descenso. Además, las expectativas a dos años continuaron su proceso de convergencia hacia la meta de 4,5%, alcanzando un promedio de 5,23%, el mínimo histórico registrado. Este resultado refleja la baja de las expectativas de los analistas (4,9%) y de los mercados financieros (4,8%), mientras que las de los empresarios permanecieron en 6%, mostrando un ajuste más gradual y rígido.
Por su parte, la actividad económica continúa estable y en torno a su crecimiento potencial, manteniéndose la estimación de crecimiento anual en torno al 2,5%, el mercado laboral mostró señales favorables en el segundo trimestre y la masa salarial real creció 1,6% impulsada tanto por el aumento en el número de ocupados (0,9%) como por la mejora del salario real (0,7%).
“El contexto global y local han evolucionado según lo esperado, por lo que se proyecta que la inflación oscile en torno a la meta en el horizonte de política y el crecimiento de la actividad se encuentre en línea con su potencial”, subrayan las minutas.
Al evaluar los riesgos para la inflación, se identificaron algunos elementos que afirmarían la trayectoria actual, o incluso podrían actuar a la baja, vinculados a la evolución del dólar, efectos de comparación y las ganancias de credibilidad alcanzadas.
Respecto al contexto global, la continua debilidad global del dólar y la estabilidad de la mayoría de los precios internacionales de materias primas podrían contribuir a desacelerar la inflación. Además, en el corto plazo habría un efecto estadístico a la baja de la inflación dado que, como la ronda de negociación salarial está ocurriendo actualmente, los ajustes correspondientes al segundo semestre se encuentran rezagados respecto al mismo período del año anterior. Por último, se constatan ganancias de credibilidad sobre la política de inflación: inflación en torno al objetivo; expectativas acercándose a la meta -especialmente entre analistas y operadores del mercado financiero-; y pautas salariales compatibles con dicho objetivo. Desde el punto de vista de la actividad, las estimaciones muestran estabilidad respecto a las proyecciones previas.
Sin embargo, las minutas advierten que aún persisten riesgos al alza que dependerán de la incertidumbre global latente y la resolución de negociaciones domésticas. “Si bien los mercados han mostrado mayor calma en el último mes, la incertidumbre asociada a eventos geopolíticos y tensiones comerciales se mantiene elevada”, advierte el BCU.
Respecto al contexto doméstico, aunque se destacó que las pautas salariales son consistentes con la meta de inflación, “aún resta esperar el resultado de las negociaciones dado que, de suscribirse acuerdos superiores a las pautas, esto afectaría la proyección de inflación del escenario base”.
Por último, se advierte que las expectativas de inflación aún no convergen plenamente al objetivo puntual, especialmente en el caso de los empresarios, quienes además son formadores de precios y actores clave en las negociaciones salariales. En esta línea, el componente no transable de la inflación, que está estrechamente vinculado con las expectativas de empresarios y es necesario para una desinflación más equilibrada, si bien desciende, continúa mostrando persistencia.
En el marco de la conmemoración de los 200 años de la Declaratoria de la Independencia y sumándose a las celebraciones de este acontecimiento, el BCU presentó la “Moneda conmemorativa del Bicentenario de la Independencia de 1825”, una pieza única que rinde homenaje a uno de los hitos fundacionales de Uruguay.
La moneda, con forma de rombo, está acuñada en plata 900, con un tamaño de 33 milímetros de lado y un peso de 12,5 gramos. En su anverso luce el Monumento a la Independencia Nacional, ubicado en el departamento de Florida e inaugurado en 1879 y en su reverso un detalle del cuadro “Asamblea de la Florida”, del artista Eduardo Amézaga.
El diseño se completa con la leyenda “De hecho y de derecho, libre e independiente”, cita de la primera de las leyes promulgadas en la histórica declaratoria.
Con una emisión limitada de 1.500 ejemplares, la pieza podrá ser adquirida próximamente por coleccionistas y público en general, incorporándose así a la tradición numismática del BCU, que preserva la memoria histórica a través de sus emisiones especiales.