Por: Dr. Pablo Anzalone (*) | @PabloAnzalone
A iniciativa de los movimientos sociales nos reunimos el 8 de setiembre referentes del Grupo Motor de Personas Mayores y del Frente Social de la Salud con una representación amplia del Directorio del BPS para conversar sobre las perspectivas del Plan Ibirapitá. Se dialogó sobre un documento de las organizaciones sociales y una presentación del BPS, con muchos puntos en común. El compromiso fue continuar el diálogo.
Desde el Grupo Motor PM (Onajpu, Redam, Movimiento Elepem Programa APEX, Red de Municipios y Comunidades Saludables, Facultad de Enfermería, Asociación de Licenciados en Enfermería y Federación de Discapacidad) se promueve un proyecto participativo de consultas sobre el Plan Ibirapitá. Se incluirá el tema en las jornadas sobre el Tercer Plan de Envejecimiento previstas en Paysandú, Durazno y Piriápolis. Estas consultas locales culminarán con un Seminario nacional sobre el tema Ibirapitá.
Del Frente Social de la Salud se sumaron a las propuestas del Grupo Motor Onajpu, Movimiento Nacional de Usuarios, Organización Usuarios de Salud del Oeste, Usuarios Unidos de la Salud de Uruguay, Espacio Participativo de Usuarios de Salud, Red MCS y la Red de Personas Mayores del CCZ 12.
Propuestas del Grupo Motor de Personas Mayores con apoyo desde el Frente Social de la Salud
- Ibirapitá debe ser un eje del Tercer Plan de Envejecimiento: Fortalecer el Plan Ibirapitá a nivel nacional y local, como un eje central del Tercer Plan Nacional de Envejecimiento y un instrumento para la implementación de todos los demás ejes.
- Ibirapitá como motor de la inclusión digital y social: Jerarquizar la comunicación bidireccional a través de medios digitales es clave para superar la exclusión y el estigma que significa la falta de alfabetización digital de las personas mayores.
- Aporte al Entramado Comunitario: Contribuir al fortalecimiento del entramado comunitario de personas mayores en cada territorio coordinando con organizaciones sociales e instituciones involucradas.
- Formación para la participación: Desarrollar actividades de formación para la participación, mediante el diálogo entre experiencias sociales participativas a nivel local y nacional.
- Derecho a la educación: El Plan Ibirapitá puede facilitar la implementación del derecho a la educación hasta el final de la vida, mediante el acceso y la ampliación de las ofertas educativas existentes, combinando metodologías virtuales y presenciales.
- Fortalecer el trabajo en red con los movimientos sociales, la academia y los tres niveles de gobierno nacional, departamental y municipal, en el campo de la formación y comunicación digital, asegurando una red de dispositivos descentralizados accesibles.
- Acceso a la cultura: El Plan Ibirapitá puede ampliar el acceso a la cultura y la creatividad de las personas mayores con metodologías que estimulen la diversidad cultural.
- Aporte a los cuidados y la salud: aportar a la utilización de instrumentos informáticos de educación para la salud, prevención y promoción de salud, control de indicadores y solicitud de atención ante eventos agudos.
- Creación de subjetividades saludables: Las subjetividades basadas en valores democratizadores, solidarios, empáticos, integradores, requieren de vínculos fuertes en sus dimensiones más cercanas, pero también el desarrollo de múltiples instrumentos que amplíen relaciones, conocimiento, diálogos, comunicaciones en las diferentes conformaciones sociales (familias, amistades, compañerismo, pertenencias).
- Más recursos para Ibirapitá: Para llevar adelante estas líneas de acción, el Plan Ibirapitá requiere de equipos humanos fuertes con formación permanente y equipamientos acordes. Deben cubrirse los departamentos en que no hay referentes y reforzar departamentos con mayor población. Hay mucha variedad y riqueza de proyectos que Ibirapitá recibe, promueve, articula con otros actores.
- Gobernanza participativa: El Plan Ibirapitá requiere de una gobernanza donde estén presentes y participen activamente las organizaciones de personas mayores (Onajpu, Redam, Movimiento Elepem, Redes PM) y articulaciones con la academia y gobiernos locales (como el Grupo Motor de Personas Mayores, Cien, Uni 3, etc.). Sus planes de trabajo anuales y la planificación para el período deben surgir de intercambios amplios, investigaciones y acciones coordinadas, con encuentros abiertos a las comunidades.
- Seminario Nacional sobre el Ibirapitá: Las perspectivas para el Plan Ibirapitá deben acordarse a través de un intercambio amplio donde puedan participar todas las personas involucradas. Deben hacer oír su voz los colectivos de personas mayores de los diferentes departamentos. La academia y diferentes instituciones de gobierno (nacional, departamental y municipal) y de la sociedad civil deben poder aportar experiencias, ideas y recursos para el trabajo en red.
Estado y personas mayores: consideraciones para una propuesta ampliada del Plan Ibirapitá
- Política de inclusión digital de las personas mayores: El Plan Ibirapitá nació como una política pública de inclusión digital para personas mayores, con la entrega de tablets y talleres de capacitación en asociaciones de jubilados. Hoy, con la expansión hacia el uso de celulares inteligentes, el programa mantiene su vigencia, pero las necesidades de las personas mayores frente a la digitalización del Estado y la banca requieren un enfoque más integral.
- Problema actual: Creciente cantidad de trámites estatales y bancarios obligatoriamente digitales. Dificultad para las personas mayores que no son nativas digitales. Procesos y plataformas web poco intuitivas, con lenguaje y diseño alejados de las necesidades de este colectivo. Riesgo de exclusión social y limitación en el ejercicio de derechos.
- Limitación del enfoque actual: Hasta ahora, el Plan Ibirapitá se ha centrado en entrega de dispositivos, talleres de alfabetización digital, acceso a aplicaciones y contenidos culturales. Pero esto no alcanza si el resto del Estado y las instituciones mantienen sistemas poco amigables para los mayores.
- Nueva dimensión propuesta: interacción institucional. El Plan Ibirapitá debe asumir un rol de articulación con el resto de las instituciones públicas y privadas, para garantizar:
-Accesibilidad digital universal: que las páginas web y trámites estén diseñados con criterios de accesibilidad cognitiva y usabilidad.
-Lenguaje claro y sencillo: evitar tecnicismos, instrucciones complejas o pasos innecesarios.
-Diseño amigable: botones visibles, instrucciones paso a paso, asistencia visual y auditiva.
-Soporte alternativo: que siempre exista una vía telefónica o presencial como complemento a lo digital.
- Beneficios esperados:
-Reducción de la brecha digital en un sentido real, no solo en el acceso al dispositivo.
-Ejercicio efectivo de derechos por parte de las personas mayores.
-Mayor autonomía en gestiones cotidianas (salud, seguridad social, banca, servicios).
-Estado más inclusivo, que piensa sus políticas desde la diversidad etaria.
- Cambio cultural de las instituciones: El Plan Ibirapitá no debería limitarse a enseñar a usar tablets o celulares, sino también impulsar un cambio cultural en la forma en que el Estado y todas las instituciones diseñan sus trámites digitales. La verdadera inclusión digital se logra cuando la tecnología y los servicios se adaptan a las personas, y no al revés.
Estas propuestas enriquecerán los ejes estratégicos del Tercer Plan de Envejecimiento y contribuirán a que los movimientos sociales asuman al Plan Ibirapitá como una gran herramienta.
(*) Doctor en Sociología. Lic. en Educación-Diplomado en Políticas Públicas e Innovación. Mag. en Sociología. Director Div. Salud IMM 2005-2015. Colectivo El Taller.