Entrevista
“El ‘IVA Temu’ no logra eliminar la desigualdad que hemos manifestado como preocupación, pero es un punto de partida”
Aprobado el “IVA Temu” en Diputados, desde la Cámara de Comercio y Servicios (CCSU) entienden que el gravamen del 22% a las importaciones que ingresan bajo el régimen de franquicias al país “no logra eliminar la desigualdad” que padecen los comerciantes, pero reconocen que es “un punto de partida”. En entrevista con CRÓNICAS, la asesora de la CCSU, Ana Laura Fernández, aseguró que “sería muy importante” la eliminación de la tasa consular para alivianar la carga impositiva y el costo de algunos productos.
Fecha de publicación: 17/10/2025
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Ana Laura Fernández, asesora económica de la Cámara de Comercio y Servicios
Por:
Redacción

-Recientemente en Diputados se aprobó el impuesto denominado como “IVA Temu”, que aplica IVA a las compras en plataformas internacionales, con excepción de las estadounidenses, e introduce una modificación en el régimen de franquicias. ¿Qué evaluación se hace desde la cámara respecto de este tributo?

-Desde la cámara ya venimos desde hace tiempo manifestando la preocupación del sector comercial respecto de las implicancias que está teniendo el régimen de franquicias en nuestra economía y en particular en el sector comercio y algunos rubros. A fines del año pasado comenzamos a ver un crecimiento muy importante de la mercadería que ingresa al país bajo este régimen, que empezó a golpear de alguna u otra forma. Esto se fue sosteniendo en el tiempo y la preocupación del sector comercial se hizo cada vez más grande. Al principio quizás en las empresas de menor porte, de algunos sectores como vestimenta, calzado y juguetes, pero después eso se fue desparramando a casi la totalidad del sector comercial, tanto en lo que refiere a tamaño de empresas como en lo que refiere a localización, y la preocupación es a nivel nacional.

-¿Cuál es la visión que tienen sobre la ampliación del régimen de franquicias?

-En caso de aprobarse todo este articulado que refiere a la modificación del régimen, con el aumento de la franquicia se podría traer en un único envío de US$ 800, lo que amplía el tipo de productos que podrían ingresar bajo el régimen. Hay diferentes frentes abiertos. Por otro lado, tenemos el hecho de que tributen IVA, lo que claramente va en el sentido de la preocupación del sector comercial, de ir hacia una igualdad de condiciones. Si por el régimen general yo tengo que pagar todos estos tributos, aranceles, requisitos y reglamentaciones, por lo menos que el régimen de franquicia pague algo. El ideal sería que no pagáramos nada, pero como efectivamente eso no se va a lograr, está bueno equiparar en algo. Claramente el 22% no llega a equiparar esa realidad, porque estamos hablando de un sobrecargo del 80%, por ejemplo, en el sector de calzado. El 22% no logra eliminar la desigualdad que nosotros manifestamos como preocupación, pero es un punto de partida. Hay aspectos que van más allá de cambios propuestos en la Ley de Presupuesto, que tienen que ver con el funcionamiento del día a día del régimen de franquicias y cuál es la capacidad que tienen las autoridades y la Aduana de controlar efectivamente qué ingresa en ese marco. En setiembre, este régimen tuvo 173.000 operaciones y hay más de 5.500 paquetes diarios que ingresan al Aeropuerto de Carrasco. Y hay que pensar en cómo controlar y que efectivamente esto no se desvirtúe. Hay diferentes aristas y venimos trabajando esto con las autoridades, pero hay todavía margen para trabajar y efectivamente evitar estas distorsiones que se puedan dar. 

-Uno de los argumentos que utilizó el gobierno para la adopción de este gravamen es el de equilibrar la competencia entre el comercio local y las plataformas digitales extranjeras. Usted señala que el 22% no alcanza y no equipara. ¿Qué hace falta, entonces, para que la competencia sea más justa?

-Nosotros entendemos que quedamos a mitad de camino. Cuando hablamos de equiparar la competencia para que sea justa, deberíamos competir bajo las mismas condiciones y claramente entendemos que hoy el comerciante no está compitiendo bajo las mismas condiciones con la mercadería que ingresa bajo este régimen. Esto no es solamente el 22% del IVA. Visto en números, en el caso de un juguete que viene de afuera del Mercosur, tiene un arancel del 20%, a lo que hay que agregarle el 5% de la tasa consular, el IVA del 22% y el pago de adelanto de IVA e IRAE, entre otras cosas. Nuestro escenario ideal sería reducir los sobrecargos que mencionaba respecto del régimen general. Estamos muy por encima de lo que sería competir bajo las mismas condiciones con esta mercadería que hoy está ingresando con un sobrecargo de cero. 

-Previo al Presupuesto se anunció un paquete de 13 medidas que apuntaron al desempapelamiento y a la reducción burocrática que tiene el Estado, a modo de facilitar el comercio internacional. ¿Es necesario profundizar en estas medidas?

-Nosotros venimos trabajando con el gobierno anterior y con el actual en mejorar la eficiencia del entorno de negocios. En particular, esta nueva administración hizo hincapié en seguir trabajando en este sentido y puso sobre la mesa medidas que apuntan a mejorar la eficiencia de los negocios, a evitar trámites y reducir algunos sobrecargos. Esto lo vimos con buenos ojos, pero es verdad que es un punto de partida y todavía hay mucho para trabajar en lo que tiene que ver con estos aspectos. Para nosotros sería muy importante la eliminación de la tasa consular o, por lo pronto, una reducción gradual de la misma, que es un sobrecargo a la importación del régimen general netamente con fines recaudatorios. Hay mucho para trabajar en la estructura arancelaria, en determinados productos que son de uso masivo, donde no hay competencia con la producción local. Para nosotros esto es un punto de partida muy importante, pero entendemos que hay que seguir avanzando en nuevas propuestas e implementar las ya anunciadas, para que estos cambios se vean materializados en un entorno de negocios más eficiente y con menos obstáculos para el sector empresarial. 

-El economista Javier de Haedo recientemente advirtió sobre la posibilidad de que Argentina vuelva a estar más barata nuevamente para los uruguayos. ¿Cómo viene monitoreando la cámara la situación del vecino país?

-Es una realidad que está allí latente por diferentes aspectos que hacen a la macroeconomía argentina, donde también influye el ingrediente político. Claramente esto va a tener un impacto, hay que ver cómo se termina resolviendo luego de las elecciones del 26 de octubre y tras determinadas decisiones que pueda tomar el gobierno argentino, con supuestos salvatajes para lograr frenar los cambios que se puedan dar en materia de precios. Es una preocupación para Uruguay porque la economía argentina impacta en diversos frentes. Estamos de cara a una nueva temporada turística, donde hay una interrogante. Hoy estamos viendo cierta corrección en precios relativos, pero todavía lejos de llegar a los peores momentos registrados en 2023. Esto es una señal de preocupación para nuestra economía y en particular para el sector comercio, principalmente en el litoral. Seguimos de cerca esta situación, sin dramatismos, pero sí atentos.

“El intercambio con el MEF y Presidencia ha sido bueno y hay una apertura al diálogo importante”

-¿Cómo ha sido el intercambio con autoridades actuales al respecto de la situación que usted describe del sector comercio?

-El intercambio con el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) y Presidencia ha sido bueno y hay una apertura al diálogo importante, aunque tampoco es algo nuevo para nosotros. El canal está abierto y también es una realidad que a veces los tiempos de respuesta del gobierno y de las distintas entidades que llevan adelante los cambios, son lentos o menos rápidos de lo que uno desearía. Muchas veces, volviendo a lo que refiere a mejorar el entorno de negocios, hay limitaciones en cuanto a los ingresos. Al final del día, más allá del gobierno, siempre termina estando la barrera de que se necesitan ingresos para cumplir con las demandas sociales y demás, donde no se puede lograr una rebaja en la tasa consular o una reestructura arancelaria para determinados productos, porque implica menos ingresos para el Estado. Entendemos que tenemos mucho para trabajar en términos de gastos, porque ahí se juega todo esto que hablamos. Ahí falta esa mirada general. Pensemos en ingresos, pero también en los gastos, porque de lo contrario, no vamos a poder atacar estos aspectos importantes. Después hay mucho para trabajar en la mejora de los procesos y la incorporación de tecnología, por ejemplo, que es un camino que estamos recorriendo, pero a veces la velocidad y los efectos de esos cambios son lentos. Y en ese camino quedan empresas o sectores más rezagados y golpeados, sobre todo cuando la economía está creciendo poco.

 

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