Respecto a la decisión del Banco Central (BCU) de recortar la tasa de política en 50 puntos básicos hasta el 8,25% en octubre, el informe destaca el énfasis puesto en el comunicado respecto a que “la política monetaria está ganando credibilidad en el contexto de expectativas de inflación históricamente bajas”.
No obstante, se advierte por “una sorpresa al alza de la inflación en setiembre”, que aumentó 0,42% mensual, por encima del pronóstico de Itaú y de las expectativas del mercado (0,25% y 0,33%, respectivamente). “La sorpresa positiva rompió una serie de sorpresas a la baja de la inflación en los últimos meses”, señala.
En términos interanuales, la inflación general aumentó ligeramente a 4,25% en setiembre (desde 4,20% de agosto), mientras que la subyacente disminuyó a 4,90% desde 4,92% del mes anterior, manteniéndose en ambos casos dentro del rango de tolerancia.
“Además de la buena conducta de la inflación interanual, las expectativas de inflación basadas en encuestas siguen convergiendo gradualmente hacia la meta, como se mencionó anteriormente”, destaca el informe.
Actividad económica
En cuanto a la actividad económica, los indicadores adelantados apuntan a un comienzo más suave para el tercer trimestre del año. El IMAE del BCU aumentó 1,8% interanual en julio, lo que llevó a una expansión de 2,2% en el trimestre finalizado en julio. En términos desestacionalizados, el índice subió 0,8% mensual en julio después de caer 1,3% mensual en junio. Sin embargo, el IMAE cayó 0,3% en términos desestacionalizados en el trimestre finalizado en julio. El arrastre estadístico para 2025 se situó en 2,0%.
Además, se advierte que “los indicadores de actividad principales se enfriaron”. El índice adelantado Ceres (ILC) volvió a ser esencialmente plano en setiembre (-0,02% mensual), marcando la primera tasa no positiva del año. “La desaceleración inicial y la tasa neutral en setiembre son signos de cierto enfriamiento en la economía”, destaca Itaú.
Pese a ello, la entidad mantuvo la previsión de un crecimiento para 2025 en 2,3%. Asimismo, se mantuvo el pronóstico de inflación para fin de 2025 en 3,6% en medio de un peso uruguayo más fuerte (40,50 pesos por dólar para fin de 2025 dado un dólar global persistentemente más débil).
En cuanto a la política monetaria, se espera que el BCU reduzca la tasa de política a 7,75% para fines de 2025, un registro inferior al pronóstico anterior de 8%. Sin embargo, mantuvo una tasa para fin de 2026 en 7,25%, suponiendo que las expectativas de inflación caigan aún más hacia la meta.
En relación a las cuentas públicas, el déficit fiscal nominal a 12 meses del gobierno central cayó a 3,4% del PIB en agosto de 2025, desde un déficit de 3,7% en julio. “Teniendo en cuenta la previsión de déficit fiscal incluida en el proyecto de Presupuesto recientemente enviado, que prevé un déficit de 4,1% del PIB para fin de año, los datos recientes fueron mejores de lo esperado”, destaca Itaú. No obstante, se entiende que no se puede descartar una aceleración del gasto en el cuarto trimestre del año.