-¿Cómo evalúa la realidad actual del sector de la construcción?
-El sector de la construcción se ha estabilizado en un nivel aceptable en cuanto a actividad y empleo. Estamos en 55.000 trabajadores cotizantes en el BPS, pero se ha estancado un poco en los últimos meses, lo cual es bastante normal porque es producto del cambio de gobierno: hasta que no se aprueba la Ley de Presupuesto y el nuevo gobierno les da impulso a las obras, a los proyectos que quiere llevar adelante, la obra pública se resiente. Estamos viviendo con la inercia de los proyectos que venían de atrás y esperando ahora retomar con los nuevos proyectos con el formato del nuevo Presupuesto.
-Justamente, ¿qué se puede esperar de este cambio de gobierno, por el diálogo que han tenido con las autoridades? ¿Cuál es la expectativa?
-La expectativa es que primero se prioricen los rubros de agua para reforzar el suministro de agua de Montevideo y el saneamiento del interior del país, los rubros de movilidad urbana —se está a la espera de la definición de cuáles serían los proyectos—, los rubros de la vialidad donde la prioridad es la zona metropolitana y los refuerzos de puentes para el transporte de materia prima, y los rubros de vivienda. Después, fuera del Presupuesto, unos 700 u 800 millones de dólares por año de inversión utilizando los contratos PPP o Cremaf, que es ahí donde esperamos que haya proyectos de más volumen.
-¿Qué análisis hace de esta industria en la economía nacional?
-La variable más significativa de la industria es el empleo, donde estamos en 55.000 trabajadores directos, más unos 125.000 indirectos. Y si uno considera la actividad que genera el gasto del empleado de la construcción, estaríamos teniendo influencia directa o indirecta sobre 200.000 o 250.000 personas. Estamos hablando de una cantidad importante, un 16% de la población económicamente activa, o sea que es una industria que mueve. Además, tiene mucho arrastre en el resto de la economía, porque es muy dinamizadora, basta ver el impacto que produce cualquier obra en el interior del país.
-¿Hacen falta mayores incentivos para dinamizar inversiones en el sector?
-Yo creo que, si se mantienen los incentivos de la Comap y de grandes proyectos, ya es una buena señal. Lo más importante de todo no son los incentivos, sino poner proyectos arriba de la mesa, ya sea de inversión pública o de inversión privada.
-¿Qué papel cumple hoy la sostenibilidad en la construcción?
-La sostenibilidad es algo que está incorporado hoy en día desde el diseño, hasta en la propia obra, en el uso de los materiales y en el manejo de los residuos. Hoy no se concibe ningún proyecto en el que no se mida también la variable de la sostenibilidad. Y me parece que es algo muy bueno y donde todavía hay mucho terreno para mejorar.
-¿Por ejemplo?
-Por ejemplo, incorporar nuevas tecnologías sostenibles, mejorar el tratamiento de los residuos de las obras civiles para poder reciclar más. Ahí hay terreno para trabajar.
-¿Qué perspectivas se manejan hacia fin de año?
-Ya estamos prácticamente sobre fin de año. No queda mucho tiempo para nuevos anuncios. Lo más importante es la aprobación de la Ley de Presupuesto. En cuanto a las inversiones privadas, el mundo está bastante convulsionado, pero creo que hay un rubro en el que Uruguay está haciendo los deberes muy bien y hay una agenda público-privada que es lo referido a los data centers. Y hay que hacer un esfuerzo de atraer más inversiones de data centers a Uruguay, sabiendo que Google está haciendo una inversión importante en el país.
-¿Qué reflexión le merece este Día de la Construcción?
-El Día de la Construcción es el día de la industria, es algo simbólico y es como el cumpleaños de uno. Es el día en el que tenemos que hablar de nuestra industria, reflexionar, poner los números del sector arriba de la mesa, las inquietudes. Es el día en el que podemos poner la industria en el centro de la mesa y analizarla y valorarla.