En un 2025 donde han prevalecido los conflictos geopolíticos, más barreras comerciales, mayor volatilidad, y cambios en la demanda global, ¿qué balance hace del desempeño del sector exportador?
Nos ha tocado vivir un 2025 de alta incertidumbre, marcado por la nueva política arancelaria de Estados Unidos, que tuvo idas y venidas, y dificultó la proyección de negocios.
Estamos finalizando el año con un incremento en las exportaciones de bienes en el entorno de 4% y esperamos que la exportación de servicios también logre un desempeño positivo. Hasta el momento el dato que tenemos corresponde al primer semestre y nos muestra un crecimiento de 4.5%. Para ser un año con tanta complejidad, los números son alentadores. La exportación total finalizaría el año superando los US$ 23.000 millones, en niveles que tal vez alcancen al máximo histórico de 2022.
Sin embargo, hay que tener presente que ese desempeño de la exportación de bienes respondió principalmente al dinamismo de algunos sectores con fuerte peso en el total exportado, como fue el caso de la carne bovina o la soja. Y en materia de exportación de servicios, estuvo presente la recuperación del turismo receptivo, por la reversión de la relación de precios con Argentina.
Si analizamos con más detalle, encontramos que hay varios sectores que han registrado caídas. Por lo tanto, si nos quedamos con el dato global, nos estamos perdiendo parte de la historia.
¿Cuál es el escenario que proyecta para el sector exportador en 2026, y qué factores internos y externos serán decisivos?
A nivel externo, es muy relevante la evolución de las economías a las que destinamos la mayor parte de nuestras exportaciones, como ser China, Estados Unidos y la Unión Europea (UE). En principio, las proyecciones internacionales muestran crecimientos, aunque moderados. También debemos seguir de cerca las definiciones que tome la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed) respecto de su política monetaria, ya que tiene una incidencia directa en la cotización internacional del dólar y en los flujos de inversión que puedan llegar a Uruguay. A su vez, la evolución de los precios internacionales es determinante para varios sectores.
A nivel de la región, tanto Brasil como Argentina tienen sus desafíos; tendremos elecciones en Brasil y Argentina sigue batallando para estabilizar su economía y lograr recuperar la confianza. Estos son destinos sumamente importantes para cientos de empresas, cuyo volumen de exportaciones se concentra específicamente en el Mercosur sea por un tema de costos, cercanía o porque se instalaron con ese objetivo.
Internamente, es decisivo para los exportadores la conectividad y costos logísticos. Este año ha quedado de manifiesto muy profundamente la reducción de contenedores movidos, las demoras en salidas de carga por roleos de buques e interrupciones en el servicio. Esto impacta directamente en costos, cadenas de suministro perjudicadas y deterioro de la imagen como proveedores confiables. En ese sentido, es necesario trabajar de forma articulada para reforzar el posicionamiento del puerto de Montevideo como hub logístico.
Estamos trabajando junto a la Udelar en un monitor de costos portuarios. Esto nos permitirá tener una interesante herramienta para compararnos con otros puertos y evaluar nuestra situación. Tenemos que buscar la competitividad de los productos desde todos los eslabones que componen la cadena y el logístico es un eslabón determinante.
En términos generales, el sector exportador está atravesando un encarecimiento medido en dólares que lo deja en desventaja frente a otros mercados. Esto se da por la combinación de costos que van en aumento y un tipo de cambio que perdió 11.6% en el año. La consecuencia que tiene esta situación es que, en algunos casos, se revisan planes de inversión o de contratación de personal o incluso llegan cuestionamientos por parte de las casas matrices en relación a la permanencia de la empresa en Uruguay. Y aquí cabe reforzar también la situación de los exportadores de servicios, que tienen la participación más elevada de costos en pesos.
En relación a la reducción de costos, hay un camino iniciado por el Ministerio de Economía y Finanzas, complementado en la Ley de Presupuesto, buscando mejoras en algunos procesos, digitalizando trámites, reduciendo o eliminando tasas. Bienvenidos sean estos esfuerzos, que varios de ellos han sido propuestos por la UEU en su documento de agenda de prioridades. Sin embargo, este es un trabajo de largo aliento y todavía falta un gran trecho por recorrer.
Y para dejar un factor que nos llena de esperanza en el 2026, tenemos que hacer mención especial a las posibilidades que pueden abrirse con los acuerdos comerciales sobre los que se está avanzando.
¿Cómo evalúa los pasos que ha dado el gobierno para mejorar la inserción internacional y abrir nuevos mercados para los exportadores?
Hay una clara vocación de encontrar los espacios para lograr acuerdos comerciales, que nos permitan mejorar nuestra inserción internacional. Los pasos dados han sido acertados: avanzar en la firma del acuerdo Mercosur EFTA; continuar con el proceso de adhesión al Cpttp; empujar el acuerdo MercosurUE; además de avanzar en el diálogo con otros mercados junto al Mercosur o en temas puntuales de forma bilateral.
Para tomar dimensión de lo que significa tener un acceso preferencial a estos mercados, entre el EFTA, la UE y el Cptpp está representado en conjunto el 31.4% del PIB mundial y llegaríamos a 1.060 millones de personas. Se trata de una oportunidad muy relevante para Uruguay, para ampliar las corrientes comerciales existentes y desarrollar nuevas.
Esa actitud de búsqueda de acuerdos es bienvenida y le da una continuidad al trabajo realizado en períodos anteriores. Lo que es necesario es darle una mayor velocidad a la concreción de estas acciones, que claramente no dependen 100% de lo que haga el gobierno. El mundo va muy rápido y hemos quedado muy atrás respecto de otros países.
¿Cuáles son los principales temas que concentran la atención de la UEU?
Además de todos los temas mencionados antes, creemos que tenemos margen para trabajar en los factores internos que nos ayuden a diferenciarnos. En esa apuesta, venimos trabajando desde la UEU en sostenibilidad e innovación, como dos de los pilares en los que Uruguay puede encontrar un posicionamiento interesante.
En materia de sostenibilidad, nuestro país ya viene dando pasos muy relevantes, como ser la matriz energética prácticamente al 100% renovable, normativa de vanguardia o la solidez institucional. Varios rankings internacionales nos reconocen y hemos podido hasta emitir bonos vinculados a la sostenibilidad. Un buen ejemplo de cómo podemos beneficiarnos de esta política de Estado es el caso de la normativa europea que exige haber producido en predios que no se hayan deforestado. Uruguay fue calificado como país de “bajo riesgo”, es decir que cuenta con un riesgo bajo de deforestación e implica menores controles por parte de la UE.
Sabemos que el cumplimiento con aspectos ambientales, sociales y de gobernanza, conocidos como ASG, será cada vez más exigido por nuestros mercados. Es por esto que, junto al LATU, desarrollamos una herramienta que ayuda a las empresas en este proceso de integrar la sostenibilidad a la gestión. Así nació el sello Gestión Sostenible UEULATU en el año 2023. Este sello cuenta con una evaluación en cinco niveles y ya tenemos unas 30 empresas que se encuentran en alguna etapa de sello. Estas empresas representan el 20% de la exportación de bienes y también incluye algunas empresas exportadoras de servicios. Creemos que este tipo de iniciativas públicoprivada son fundamentales para preparar a las empresas para un mundo que valora los esfuerzos en el cuidado del ambiente y las personas.
En lo que tiene que ver con innovación, estamos trabajando con las universidades y también promovimos un ciclo que denominamos “30 minutos de innovación”, donde fuimos tratando distintos temas, como ser la adopción de Inteligencia Artificial (IA) en las empresas o las mejores prácticas en ciberseguridad. Necesitamos encontrar alternativas para absorber las nuevas tecnologías, de forma de ser más productivos y competitivos. A su vez, estamos iniciando en la UEU un proyecto con financiamiento de la ANII, en el que podremos ayudar a las empresas a desarrollar estrategias concretas en innovación.
Creemos firmemente que este es el camino para que la exportación impulse el crecimiento del país.