Edición especial 2025
Franco Cinquegrana, Country Manager de BBVA Uruguay
“En BBVA trabajamos con una perspectiva radicalmente centrada en el cliente”
En 2025, BBVA obtuvo un crecimiento sólido en Uruguay. Según Cinquegrana, el banco sumó clientes, fortaleció las principales líneas de negocio y mantuvo una cartera saludable. Con una estrategia centrada en la experiencia del cliente, fuerte impulso digital y foco en empresas, pymes y grandes proyectos, BBVA se proyecta para 2026 apoyado en la estabilidad del país y en nuevas oportunidades vinculadas a inversión, tecnología y sostenibilidad.
Fecha de publicación: 26/12/2025
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Franco Cinquegrana, Country Manager de BBVA Uruguay
Por:
Redacción

¿Cómo evalúa el desempeño de BBVA durante 2025 en términos de crecimiento, clientes y evolución de las principales líneas de negocio?

Durante 2025, BBVA tuvo un desempeño sólido en Uruguay. Sumamos clientes, aumentamos la actividad en nuestras principales líneas de negocio y mantuvimos una cartera saludable, que es un pilar central de nuestra estrategia. A nivel global, el Grupo BBVA acumuló cerca de 8.000 millones de euros de beneficio a septiembre de 2025, lo que respalda nuestra capacidad de seguir invirtiendo en tecnología, innovación y experiencia de cliente en todos los mercados donde operamos. En el plano local, el crecimiento estuvo acompañado por una mayor eficiencia operativa y por una adopción cada vez más fuerte de los canales digitales, que hoy son la principal puerta de entrada al banco para nuevos clientes.

Todo este crecimiento estuvo guiado por una convicción muy clara: una obsesión por la experiencia del cliente. En BBVA trabajamos con una perspectiva radicalmente centrada en el cliente. Escuchar, simplificar y resolver bien, tanto en lo digital como en la atención presencial, es hoy el principal motor de nuestra estrategia.

¿Qué escenario proyecta para el banco en 2026, considerando la dinámica de la economía local y el contexto internacional marcado por tensiones geopolíticas y anuncios de cambios regulatorios?

El entorno internacional seguirá siendo desafiante en 2026, con tensiones geopolíticas y cambios regulatorios que impactan en el sistema financiero global. En ese escenario, Uruguay se diferencia por su estabilidad macroeconómica, la fortaleza de sus instituciones y la previsibilidad de sus reglas, factores que generan confianza y permiten planificar a mediano y largo plazo.

¿Qué segmentos o líneas de negocio identifican con mayor potencial de expansión en 2026, considerando los cambios que se dan en la demanda y la evolución tecnológica del sector financiero?

-Vemos un fuerte potencial en el segmento de empresas y pymes, que demandan financiamiento para inversión, capital de trabajo y soluciones transaccionales más ágiles. En particular, seguimos fortaleciendo nuestra propuesta de Corporate & Investment Banking, acompañando a grandes empresas y grupos económicos en proyectos de inversión, estructuración financiera y acceso a soluciones más sofisticadas. También identificamos oportunidades en el negocio de particulares, donde crece la demanda por productos simples, competitivos y digitales, tanto en crédito como en ahorro e inversión.

A esto se suman las soluciones vinculadas a sostenibilidad y tecnología. El interés por proyectos de eficiencia energética, modernización productiva y financiamiento sostenible sigue creciendo, y Uruguay tiene condiciones diferenciales para desarrollar este tipo de iniciativas con mayor escala. 

Por supuesto, seguiremos impulsando la financiación de los grandes proyectos del país en los sectores como infraestructura y energía, por ejemplo, donde el banco tiene una trayectoria y capacidades reconocidas.

¿Qué retos estratégicos deberá gestionar el banco en el corto y mediano plazo para sostener su crecimiento y solidez en un contexto más incierto?

-Nuestro desafío clave es elevar de forma consistente la experiencia del cliente. En un entorno cada vez más competitivo, no alcanza con ofrecer buenos productos; la diferencia está en entender mejor a cada cliente y anticiparse a sus necesidades. La hiperpersonalización, basada en datos y tecnología utilizados de forma responsable, es central para profundizar una perspectiva radicalmente centrada en el cliente y ofrecer soluciones más relevantes, simples y oportunas.

Asimismo, seguir mejorando la eficiencia en un contexto de mayor competencia y márgenes más ajustados es un gran desafío. El sistema financiero enfrenta nuevos jugadores y modelos de negocio con estructuras más livianas, lo que exige acelerar la transformación de procesos y ganar agilidad.

Otro reto relevante es anticipar los cambios regulatorios. La agenda internacional plantea mayores exigencias en capital, reportes y gestión de riesgos, y es clave que esa evolución vaya acompañada de simplificación y coordinación, para no trasladar costos innecesarios al cliente.

A todo esto se suma un desafío clave: seguir desarrollando talento. La transformación del negocio exige equipos cada vez más capacitados, diversos y comprometidos, y ahí estamos poniendo un foco muy fuerte.

¿Qué rol juegan las iniciativas de digitalización, banca online y fintechs en la estrategia futura de BBVA?

-Hoy, la mayoría de los nuevos clientes se vinculan con el banco a través de canales digitales, y eso nos impulsa a seguir invirtiendo en tecnología para mejorar la experiencia, personalizar la oferta y optimizar procesos.

Las fintech cumplen un rol complementario dentro del ecosistema financiero. La colaboración permite ampliar soluciones y ganar eficiencia, siempre bajo reglas claras que garanticen la protección del cliente, la seguridad de la información y la estabilidad del sistema.

Nuestro objetivo es combinar una banca cada vez más digital con un asesoramiento humano de calidad, especialmente en decisiones financieras relevantes. 

La tecnología es una herramienta; el diferencial sigue estando en las personas, tanto en nuestros clientes como en nuestros equipos.

¿Cuáles son las fortalezas del sector en nuestro país, que permiten transitar en forma segura un entorno de nuevas exigencias regulatorias, competencia creciente y riesgos globales?

El sistema financiero uruguayo cuenta con fortalezas claras: solvencia, liquidez, una regulación prudente y un alto nivel de confianza. Estos atributos permiten enfrentar un contexto global complejo con mayor resiliencia que otros mercados de la región.

Al mismo tiempo, existe una oportunidad para seguir avanzando en competitividad.

Si logramos combinar estabilidad institucional con mayor eficiencia y dinamismo, el sistema financiero puede cumplir un rol aún más relevante en el desarrollo económico del país.



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