Edición especial 2025
Leonardo García, presidente de la Cámara de Industrias del Uruguay
“El principal problema de las empresas industriales es la competitividad”
El titular de la CIU establece que 2025 fue un año de bajo crecimiento y primeros signos de deterioro en el empleo. A la vez, advierte sobre los desafíos de competitividad, márgenes y rentabilidad que afectan la inversión. Dentro de las fortalezas del sector destaca aspectos como infraestructura, diversificación industrial, innovación, estabilidad financiera y acceso a mercados regionales. De cara al futuro, proyecta un 2026 de estancamiento de la producción industrial.
Fecha de publicación: 26/12/2025
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Leonardo García, presidente de la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU).
Por:
Redacción

¿Cómo evalúa el desempeño de la industria durante 2025 y en qué medida el resultado se alineó con las expectativas que desde el sector se habían proyectado?

Este año terminará siendo de bajo crecimiento, seguramente del 1% en términos de volumen de producción industrial, lo que permitiría revertir la caída del 2024 que había sido de un guarismo similar. En una mirada de más largo plazo no cambia nuestro diagnóstico de que la industria permanece estancada. Si no consideramos a las empresas instaladas en zonas francas, la producción industrial no crece desde 2015. En cuanto al empleo, comenzamos a notar los primeros síntomas de deterioro del mercado laboral. Estimamos una reducción de unos 2.500 puestos de trabajo para este año. 

¿Cuáles son las principales inquietudes que hoy concentran la atención de la Cámara de Industrias (CIU) en materia industrial?

El principal problema de las empresas industriales es la competitividad. Los márgenes y la rentabilidad se están reduciendo a niveles en que no justifica realizar nuevas inversiones para crecer y aspirar a conquistar nuevos mercados. Otra preocupación que crece es la referida al mercado laboral. En la última encuesta referida a limitaciones para invertir aumentó significativamente la proporción de respuestas de nuestros asociados vinculadas a las dificultades que están generando los paros y la conflictividad laboral. Es cierto que estamos en un año de negociaciones en Consejos de Salarios, pero la producción no puede afectarse a los límites en que llega en nuestro país, lo que puede poner en riesgo la viabilidad de los negocios. En nuestro sector, es muy difícil conseguir un cliente y muy fácil perderlo por no asegurar el suministro. Otro aspecto que está arriba de la mesa es la relación comercial con las grandes superficies, canal de ventas que sigue siendo muy importante para un amplio número de empresas de la industria. Por último, se mantienen cuestiones más estructurales a resolver, sobre las cuales desde la CIU hicimos un plan de acción a efectos de desarrollar la industria en el mediano y largo plazo. En eso estamos trabajando con el gobierno para intentar que se aborden a la brevedad.

¿Qué factores considera más críticos para la industria en este momento y que la CIU está siguiendo con mayor atención?

En este momento lo más crítico es la baja de la rentabilidad y su efecto en decisiones de inversión y en la afectación del empleo. El tipo de cambio sigue desalineado respecto a un nivel de equilibrio para la economía. Tanto nuestras estimaciones como las del Banco Central están evidenciando un desfasaje cercano al 10% durante este año. Esperamos se corrija pronto ya que incide directamente en negocios como el industrial, que está en competencia con lo que se produce en el mundo. También estamos trabajando en lo que refiere a los costos energéticos, particularmente de las empresas que tienen autogeneración, porque hubo cambios recientes que las perjudicó. Otro aspecto sobre el cual seguiremos con atención es el referido a los eventuales cambios en el esquema de promoción de inversiones a través de la Comap. El gobierno ha adelantado que tiene previsto simplificarlo y agilizarlo, lo que podría generar un aliento a aumentar los proyectos de inversión en la industria.

¿Qué escenario proyecta para la industria en 2026 y cuáles son las variables que marcarán el ritmo del sector?

Esperamos un nuevo año de estancamiento en la producción industrial. La capacidad instalada de la industria no viene aumentando. En términos generales, se invierte para reposición y actualización tecnológica. Los nuevos proyectos no compensan lo que dejan de producir las empresas que cierran o que reducen su actividad. En cuanto a las exportaciones, esperamos que se vaya normalizando el marco en el que nos movemos, tras un 2025 muy movido por las decisiones de Estados Unidos en materia arancelaria. Igualmente, no esperamos una demanda mundial que traccione a países como el nuestro, por lo que se reafirma el diagnóstico de un año en el que el mejor escenario podría ser un empate. Lo mismo del lado del mercado interno. Estamos entrando en una fase de desaceleración por lo que la demanda interna seguramente se enfríe. 

En un contexto global marcado por la incertidumbre geopolítica y los cambios en el mercado laboral, ¿qué fortalezas destacan a la industria uruguaya?

En el último evento que organizamos en ocasión del Día de la Industria hicimos énfasis en las fortalezas de nuestro sector. En cuanto al entorno para hacer negocios industriales, destaco la buena calidad de la infraestructura, el acceso preferencial a los mercados regionales, donde tenemos además la ventaja de ser proveedores de cercanía, y la importante disponibilidad de materia prima para procesar, particularmente de origen agropecuario. Asimismo, contamos con esquemas de promoción de la inversión estables y potentes, orientados a la industria, así como un esquema de preferencia en la compra pública que reconoce la devolución de la proveeduría nacional al Estado por la vía del empleo y el pago de impuestos. Referido al entorno, otro aspecto relevante es que tenemos un sistema financiero sólido, con el BROU dispuesto a seguir apuntalando proyectos industriales con nuevos instrumentos que lanzó hace poco en la propia CIU. Y reconocimos además el sistema de estímulos para el desarrollo empresarial, en particular de las mipymes, en materia de innovación, capacitación, emprendedurismo e internacionalización, por citar algunos ejemplos. Del lado de las fortalezas propiamente de las empresas industriales, destacaría la diversificación del entramado industrial. Fabricamos productos más tradicionales, que son el emblema de la industria, pero también otros menos conocidos, como implantes médicos, airbags, satélites, material médico, medicamentos de uso humano y animal, alimentos y bebidas, con fuerte foco en la innovación, por citar algunos ejemplos. También mencionaría la escala que ha alcanzado un buen número de empresas uruguayas. En la industria concentramos la mayor cantidad de grandes empresas del país. Contamos con unas 180 empresas que venden unos US$ 90 millones anuales y ocupan más de 300 personas en promedio cada una. Otro aspecto para resaltar como fortaleza es la gestión empresarial, que ha mejorado mucho en los últimos años, en parte apuntalada por la llegada de empresas trasnacionales. El nivel de endeudamiento financiero de la industria está controlado, con baja morosidad, lo cual también resulta una fortaleza para seguir invirtiendo si las condiciones del entorno son adecuadas. Por último, quisiera resaltar la capacidad emprendedora en la industria, que incluso se recoge en relevamientos realizados por la academia. Estamos haciendo un esfuerzo en nuclear esas nuevas empresas en la cámara, porque queremos apoyarlas a efectos de que se desarrollen y ganen escala.

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