En su última reunión del año, el directorio del Banco Central del Uruguay (BCU) decidió reducir la TPM en 50 puntos básicos, pasando del 8% al 7,5%, según informó la entidad en un comunicado publicado luego de la reunión del Comité de Política Monetaria (Copom) el pasado martes 23 de diciembre.
A través de la TPM, el BCU busca incidir sobre la evolución de variables económicas. En la teoría, un aumento de la tasa de interés busca encarecer el costo del endeudamiento, desestimulando el crédito y de esa forma actuando de forma restrictiva sobre la economía, apuntando a quitarle presión al sistema de precios. Por el contrario, una baja en la tasa de interés apunta a abaratar el crédito, estimulando el consumo y la inversión, buscando generar un empuje sobre la economía. Con la decisión adoptada por el BCU, la entidad entiende que la instancia de política monetaria “se ubicaría en el entorno de la neutralidad”. Ello implica que la TPM no estaría incidiendo en un sentido ni en otro.
Sin embargo, parece claro que la desaceleración marcada por la economía en el segundo semestre del año, está justificando la magnitud del recorte en la tasa.
La inflación se ubica en un terreno cómodo para el BCU, con la tasa anual ubicándose en noviembre en 4,09%, manteniéndose por debajo de la meta del 4,5% por cuarto mes consecutivo y acumulando 30 meses dentro del rango meta. Asimismo, la inflación subyacente (que excluye precios volátiles como combustibles y frutas y verduras) se ubicó en 4,3%. En este marco, las expectativas de inflación de los analistas (ver página 13) y los mercados financieros descendieron a 4,6%, ubicándose prácticamente en la meta del BCU. Por su parte, el promedio de expectativas que incluye a las empresas se redujo a 4,9% en diciembre.
En tanto, las proyecciones de inflación de corto plazo del BCU se revisaron a la baja y muestran un descenso en los próximos meses, en un contexto de mayor debilidad de los precios domésticos de las importaciones. “La persistencia de desvíos de los niveles de inflación con respecto a la meta de 4,5%, en este caso por debajo, representa un desafío para la política monetaria”, advierte el comunicado.
Por el contrario, en relación a la economía doméstica, el BCU advirtió que “la actividad ha evolucionado por debajo de lo previsto y las perspectivas de crecimiento para este año se revisan levemente a la baja”. Asimismo, se agrega que “para 2026 y 2027 se espera que el PIB evolucione en torno a su crecimiento potencial, aunque con riesgos a la baja”.
Decisión de política
En este marco, el directorio del BCU decidió por unanimidad reducir la TPM en 50 puntos básicos, ubicándola en 7,5%, una decisión que “ubica a la política monetaria en el entorno de la neutralidad”. “En la medida en que la inflación y sus determinantes continúen mostrando la trayectoria prevista, la senda de la tasa de interés podría avanzar hacia una fase más expansiva en línea con el objetivo de estabilidad de precios”, agrega el comunicado.
Escenario global sigue “marcado por una elevada incertidumbre”
En relación al contexto internacional y regional, el comunicado del Copom es bastante escueto y se limita a indicar respecto al escenario global, que “continúa marcado por una elevada incertidumbre”. “Las condiciones financieras globales siguieron suavizándose, los precios de los productos primarios se mantienen estables en niveles bajos —con excepción de la carne— y persiste la debilidad global del dólar”, describe el comunicado.
Respecto a la región, Brasil no es nombrado, y en relación a Argentina se limita a indicar que “muestra cierta mejora en sus perspectivas económicas”.