La sucursal local de KPMG, una red global de firmas independientes de servicios profesionales, presentó la tercera edición del estudio titulado “Retratos de familia en Uruguay” que se yergue como una investigación “pionera” sobre las empresas familiares en nuestro país, elaborado junto al Centro de Empresas Familiares (CEF) de la Cámara de Comercio y Servicios del Uruguay. Abarcó un total de 116 emprendimientos familiares que fueron contactados de forma voluntaria entre los meses de abril y julio de 2025 y, como novedad, incluyó consultas sobre “sucesión y equidad de género”.
Según información que divulgó la compañía, si bien las empresas familiares “comparten desafíos, debilidades y fortalezas propias de empresas no familiares”, también presentan sus propias “dinámicas” como resultado de ser el vértice entre “familia, negocio y propiedad”, lo que califican como “tres dimensiones clave”. Entre los resultados se confirmó “la tendencia de querer seguir siendo familiares” en un 75% de los participantes; se consignaron “avances en la planificación de la sucesión” (con un 47% que se encuentra en etapa de preparación), la “formalización de protocolos” (porque si bien menos del 20% cuenta con protocolo o consejo, un 45% realiza reuniones regulares), y “la contratación de ejecutivos no familiares o miembros independientes” para integrar el núcleo duro.
A su vez, surgieron cifras que ilustran el sector compuesto por este tipo de entidades: ocho de cada 10 son propiedad de una sola familia, el 81% tiene más de 15 años en el mercado, el 74% dijo mantener o aumentar su rentabilidad en los últimos seis meses y el 80% detectó mantener o aumentar su facturación o colaboradores en el mismo período temporal. Por último, el 70% se mantiene optimista de cara al futuro y tanto la atención al cliente como la flexibilidad en la toma de decisiones aparecen como “las principales fortalezas”.
Finalmente, la contracara se ve representada por un menor porcentaje de empresas que elaboró un plan estratégico de cara al futuro y se colocó al 31%. Por último, la sucesión de la gestión, las diferentes expectativas y el interés de la siguiente generación en el negocio se presentaron como “principales preocupaciones”.
CRÓNICAS contactó al contador Ítalo Elola, director del Departamento de Advisory en KPMG Uruguay, quien constató que “se confirma la tendencia de una mayor participación de la mujer en puestos de dirección y gerencia”; “un aumento en el rol de un gerente general no familiar, que representa un mensaje positivo en cuanto a procesos de formalización” y también un refuerzo en “la importancia de la sucesión teniendo en cuenta que ocho de cada 10 responde que su interés es que siga siendo una empresa familiar”.
La incorporación de profesionales responde a “un entorno globalizado” donde “de la noche a la mañana aparecen competidores que no estaban mapeados” e implica una revisión de “las fórmulas que funcionaban hace 50 años”, lo que “marca una apertura a traer una mirada externa quizás de personas que han experimentado en varios lugares”, afirmó. Otro motivo puede ser la sucesión, con “generaciones que están más abiertas al cambio y probar otros caminos”, por lo que “en muchos casos se necesita un externo”.
Por otro lado, respecto al optimismo general, “va de la mano de la performance de los últimos seis meses”. “Pedimos que nos cuenten la evolución de variables como ingresos, cantidad de personal y costos en los seis meses previos a la encuesta y la respuesta evidenció aumentos, entonces, eso generaba cierto auspicio hacia el futuro”.
“Si bien queda de manifiesto la importancia de la sucesión y de que el negocio siga siendo familiar, hay más o menos un 20% nada más que tiene protocolo de familia o consejo de familia y donde está realmente formalizado el vínculo entre familia y negocio”, advirtió.